Jajaja… Esta no es una forma habitual con la que comienzo alguna de mis entradas, o con la que retrato lo que ha ocurrido. Jajaja. Me da risa hacer esto por la misma tardanza de lo que tengo que retratar.
Este acto de gratitud y remanencia; así como lo es por lo incongruente de la circunstancia. Es un entero legado que queda marcado en la vida virtual, una reminiscencia de lo mas moribundos que me ha dado la oportunidad de existir. No tienen que ser muy eruditos para comprender que estoy hablando de mi madre, de esa mujer maravillosa que me dio la compleja labor de estar vivo.
Ahora le escribo a ella, no por conciencia o por asar. Lo hago porque uno de mis colegas me ha recordado gratamente lo mas hermoso de su existencia. Ese sujeto que había erradicado de mi comarca, que se había alejado terrenalmente por mis actos erráticos, volvió y me mostro, nuevamente, lo importante que es el amor real. Ese ser lindamente corruto, que me acompañó en los pasajes mas nocivos de mi vida, me hablo desde el corazón nuevamente, primero, para pedirme perdón por su ausencia. Eso fue importante pero no concluyente. Me hablo después con sus ojos llenos de lagrimas que no quería dejar salir, como amaba y ama a mi progenitora.
He de confesar que me gustaría tener la misma habilidad para retratar lo que siento, como la tuve hace unos cuantos años. No es igual, no es la misma, y siento que se ha deteriorado un poco.
Aquel sujeto limpio de la corrupción que se ha amalgamado en nuestras tierras, se permitió volver a este pedazo de tierra. Regresó para encontrase con sus seres queridos, volvió a traer mensajes y departir momentos significativos. Volvo a mostrarme que lo vivido no solo se marca en las cicatrices y en el paso del tiempo; volvió a clavar su estaca emocional. Pero este escrito no se trata de él, se trata de esa maravillosa mujer que se ha mantiene firme, compuesta en su lucha, una mujer que las feministas de hoy en día racharían por haberse dejado consumir por el machismo de la época que le toco vivir. Pero, que equivocadas están, así como lo retarían aquellos machistas que dirían que eso que ha hecho esta Diosa, era lo que tenia que hacer. Nadie sabe lo que ella ha vivido o lo que ha sacrificado; casi como es poco probable que sepan como fue la lucha de atenea por la humanidad, o como fue la intención de la bella Andrómeda al encadenarse.
Esta mujer de la que les estoy hablando tuvo que transitar por unas tierras inhóspitas, unos caminos llenos de lobos que trataban de aprovecharse de su belleza natural. No juzgó a esos lobos. Quien no quisiera tener para si a aquella esencia vital que guarda en su cuerpo bendecido por los astros. Esta mujer de la que les hablo es una Diosa que marcha entre los humanos como si fuera uno mas de ellos. Lo hace sin saber la gloria de su presencia.
Un día lejano de las complicaciones que ha traído la virtualidad, las telecomunicaciones y la forma instantánea de las redes sociales, llegó a la ciudad de la cual he sido gestado, ella. Llegó buscando un futuro mejor. Llegó buscando actos nobles en aquellos con los que se topaba, buscaba que la trataran como ella los trataba. Que errada estaba, no sabia que ese lugar al que llego estaba lleno de corrupciones, las mismas corrupciones a las que nos hemos estado asimilando todos los presentes; esas corrupciones que nos han permitido perfumar las relaciones convenientes que nos tienen donde nos encontramos.
Esa mujer es una Diosa, una mujer que ha luchado por mantener aquella esencia adquirida, para si y para sus descendientes, y también para los que en honor de su desinencia nos hemos forjado. Esa mujer ha estado firme, robusta y alegre, viviendo y, aceptando lo que implica el reconciliar su pasado y su deseo de futuro. Esa mujer ha luchado mucho por ese amor que aceptó para sublimarse en su descendencia. Esa mujer nunca ha dejado de luchar, aun cunado pareciera que al aceptar lo que ha vivido, se pareciera a que solo ha disfrutado de la ganancia económica y social de ese hombre que decidió marcar como su pareja eterna; mi padre. Esa mujer, ha sido un faro que le ha dado a muchos barcos jóvenes y viejos, una luz de vida y comprensión. Una fuente de aceptación, comprensión, compañía y refugio.
Ella ha seguido viva y estable entre todos nosotros, lo ha hecho desde su forma humilde y melancólica. Lo ha hecho en la esencia constante de la divinidad que ha alimentado a todos nosotros gracias a sus sentires. Sentires que en la forma profunda de sus deseos y de sus sueños podemos reír y soñar con lo que queremos.
Esta mujer de la que hablo, se ha apoyado de la mejor arma que ha podido encontrar; de la mejor arma que quien cura al ser soñador y letrado; esa cura que le permite a cada quien el sentir que se puede armar. Se armo del gusto por la lectura. Se armó de las historias escritas que aquellos han escrito para poder aceptar los dolores y placeres que tiene que vivir y no vivir. Esta mujer es la mejor lectora que alguien puede conocer. La mejor letrada se puede conocer, esa letrada que poco escribe, pero que cuando escribe lo haces para no ser olvidada, así como tampoco para ser recordada.
No se como hacer un homenaje tan completo como para demostrarle el amor que le tengo. No lo sé porque soy consciente del dolor que le he causado con muchos de los actos que, sin querer lastimarla, le he causado.
Lo mas curioso de lo que está pasando es, que aun sigue siendo esa bella entidad que a cada quien que recibe, se manifiesta libre y hermosa, se expresa en función del servicio y de gratitud, se acerca sin prevención y sin desconfianza, pero siempre percibiendo lo que los otros están buscando.
No crean que es una mujer ingenua, no se les olvide que es, ha si do y será, una diosa. Una diosa del amor, una diosa de la comprensión, una diosa de la sublimación, y sobre todo una diosa de la lucha. Una diosa de esa lucha silenciosa, esa lucha que es el amor profundo, leal y simple. Una diosa etérea y al mismo tiempo eterna.
Ahora tengo que retratar la imposibilidad de congelar la esencia de esta mujer eternamente, no se como llevar a las generaciones posteriores, la gracia de aquella diosa que me ha permitido vivir y crear este homenaje, no se me ocurre algo diferente a invitarlos a que piensen en la risa mas hermosa y contagiosa que alguna vez han escuchado en sus vidas. Seguro para cada quien, la tonalidad y la frecuencia va a ser distinta. Pero les aseguro que pocos han de poder afirmar que esa intensidad y es frecuencia ha logrado contagiar con alegría y espontaneidad, a un auditorio entero, no importa la cantidad de la gente que allí se encontrara. Ella lo logró, no una vez, no dos; muchas veces. Esta diosa se encargó de hacer de su risa alegre, así como de su risa ansiosa; una forma inolvidable con la que recorramos la espontaneidad de lo mas hermoso que podemos sentir. Eso que nos acompaña en las noches mas hermosas, eso que extrañamos en las noches mas difíciles, eso que nos lleva todo el tiempo a buscar lo mejor de nosotros y de nuestra forma fútil de postergación. Eso que nos recuerda el amor de Mama.
Finguerling (2024).
No hay comentarios:
Publicar un comentario