domingo, 12 de junio de 2011

Inscrito en el presente



Siento que estoy sintiendo, veo que los espejismo se realzan con la luz del viento. Te siento, te veo, te huelo, te palpo y, en ocasiones te saboreo pero se que lo que mis sentidos me muestran es tan sólo el suspiro del sin suelo.
Estamos felices los dos, sentados en la misma mesa,  acomodados y apaciguados con la finura de la ceda del mantel que la rodea; acomodados esperando a que el mesero nos traiga lo que con tanto apetito hemos ordenado. Tu esperas encontrar tu postre en 3D, y yo ansío recibir una sorpresa impune de pasados amargos. Por eso te digo en la mano: “Se feliz.” Y te digo esto sabiendo que quieres serlo, así como también, sabiendo que para serlo tendrás que prepárate, crecer y seguir madurando.
Allí, en esa pequeña mesa, nos hemos encargado de construir un palacio de sentimientos y pasiones; juntos, los dos, libres a nuestra voluntad, y tal vez a nuestro dolor de aquel amalgamado pasado.
Nuestros platos llegan, tu sonríes, tomas mi mano, me miras, t saltas en tu asiento de alegría. Por mi parte, yo aprieto tu mano, te abraso, suspiro y me dejo llevar por el entremezclado de sentimientos que me abarcan en ese momento. Unimos nuestros labios para completar la magia de ese instante, seguimos sonriendo, tu por la tranquilidad que la brisa te evoca, y yo por la felicidad de tu dulce aroma.
Ya terminado nuestro festín te recuestas plácidamente en el espaldar de tu silla, llevas tus manos a tu estomago y me dices: “Estoy muy feliz de estar contigo.” Yo sonrío tímidamente, agarro tus manos y miro fijamente a tus ojos. Tu humedeces tus labios y te abalanzas sobre mi, la mesa cae ante la fuerza de tu intención, desparece, y en su lugar nace un dulce y cálido lago que nos acoge cálidamente, dejándonos a merced de nuestras pasiones.
Unas cuantas horas mas tarde, me despido de ti, y lo hago con un beso fugazmente eterno, beso con el que te quiero decir que no he sido antes tan feliz, pero con el que a la vez, te expreso que algo me falta y no te lo voy a pedir, ya que desde el mas pequeño punto de mi ser, se que si algo ha de funcionar tiene que partir del motor fundamental, es decir, del sentir.
Parto de tu residencia, me despido y te dejo descansar. Pienso, y digo que entiendo el porque de tus dudas, la razón de tu prevención y de tu referente de malestar.  Mi mente alocada por la ansiedad acelerada de tu nuestra de comprensión focal, me dice que mas que las palabras, son los actos quienes me llevaran a sublimar las asperezas que se puedan presentar.
Te amo con todo mi corazón, y eso no cambia el curso de la realidad, porque hace parte de ella. Vive y nada mas, y no se te olvide que allí, en el regazo de las sombras, si me necesitas, me puedes llegar a encontrar.
…Querido presente, descansa y desaparece para darle cabida a tu germano gemelo que me dirá: “no me extrañes porque soy tan lúcido como lo que crees en tu indescifrable inconsciente…  (Fingerling 2011)

miércoles, 27 de abril de 2011

De poder quererte a tener que extrañarte


En estos días de reclusión forzada en mi morada, me ha sido posible dejar de pensarte, de querer sentirte, de buscarte entre los rocíos tibios que se evaporan lentamente sobre las calles para poder abrazarte y aspirar nuevamente tu revitalizante y extaciante aroma. Te pienso como si algo dentro de mi sintiera que nunca mas te podre volver a ver ni a escuchar, como si en serio la consecuencia final de esta decisión que tomamos fuera el fallecimiento de nuestro cultivo de rosas; pero me aferro a la creencia y a la fe que ambos, tanto tu como yo le pusimos a este acto masoquista de distanciamiento y dolor. Esmero sustentado en la búsqueda de nuestro mutuo bienestar, bienestar que con el pasar de cada uno de estos días se desdibuja de la realidad.
No hago mas que imaginarte caminado por allí, paseando por los senderos que alguna vez recorrimos los dos alegremente, dejando que los rayos de sol se posen sobre tu figura e incrementen tu descomunal belleza, sintiendo la briza refrescante a la sombra de alguno de esos elevados edificios que fueron nuestro refugio en la lluvia y el perfecto restaurante para nuestro almuerzo nunca planeados pero siempre disfrutados.
Por las mañanas cuando las obligaciones cotidianas me recuerdan que así mi alma se desborone lentamente por su ausencia, tengo que levantarme y seguir adelante  y afrontarlas inclementemente; te pienso, me transporto mágicamente porque así me lo permite mi imaginación, a tu habitación,  te  susurro al oído “Hermosa, ya te tienes que levantar, arriba, vamos que tienes que llegar a tiempo; no, ningunos cinco minuticos mas, ve levántate y déjame escuchar la ducha” queriendo desde luego acompañarte en cada uno de los pasos que das hasta tu destino matutino, obligatorio igual.
En las horas de la tarde, me invade una angustia evolvente y desgarradora, porque en mi mente se posiciona un interrogante que ya no puedo resolver y ni siquiera contestar. Me pregunto constante mente, si almorzaste, si comiste bien, si tu delicado estomaguito recibió un poco de alimento y, si ese alimento tenia por lo menos una pizca de cariño; porque sabes que lo mas importante de la comida es que se disfrute no sólo por su sabor, sino también por el condimento que se le pone a ésta al encontrarse acompañada por las cosquillas que se le da al corazón.
Al caer y posarse la noche en su esplendor, cuando me encuentro patrullando por las calles de esta ciudad escenario vital de nuestros encuentros y nuestra pasión, casi como una ilusión, pierdo todo sentido de orientación, que por cierto los dos sabemos que no es muy bueno del todo; y las avenidas por donde me encuentro transitando se convierten en un laberinto sin salida. Sin mas remedio que seguir conduciendo, de una u otra forma llego has un punto cercano a tu vivienda, me veo tentado a pasar, saludarte, abrazarte, sacarte de ella y llevarte hasta aquel paraje extraído de las tierras del oriente donde hemos compartido ya un par de momentos grandioso, para darle final a esta espera inagotable; pero recuerdo que seguramente sigas las aulas de la institución que por el azar de los dados del destino, nos presento, nos unió y nos dejo ver lo mas profundo de cada uno de nosotros.
Con cada tienda que visito, a cada vendedor ambulante que me voltea a mirar como queriendo decirme que le compre eso que quiero comprarle, en cada semáforo en el que me ofrecen dulces y flores, a cada Carulla al que veo desde la ventana de mi negro corcel, siento esa fuerza pulsante que me dice entre, que compre, que arregle, que cree, que me haga de algo con lo cual pueda sacarte nuevamente una sonrisa tímida pero complaciente. Ya sea con un chocolate acompañado de una loca historia torcida y recién inventada, con una rosa a la que trate en vano de asemejar con tu belleza, con un helado con el que quiera clamar el ardor de las heridas de tu corazón, o sencillamente con postre de limón y un globo rojo con el estructure un momento de expresiones de satisfacción, intriga coqueteo bidireccional y sencillamente sensacional. Pero nuevamente despierto de mi imaginación y me estrello con la realidad, con esta realidad en la que tu sigues presente dentro de mi y nada mas, ya que se que faltará un tiempo considerable para que resuelva todo esto que me mueve a querer seguir intentando conquistar tu corazón.
Al llegar nuevamente a mi refugio, después de subir las escaleras, escuchando los sonidos silenciosos de los seres que allí habitan, giro a mi izquierda, veo mi cama, algunas veces arreglada, otras sencillamente tan revuelta como mi estomago por la contradicción de mis sentimientos y acciones; sea como sea me sumerjo bajo esas cobijas que aunque parezca mentira, todavía guardan un poco de tu aroma. Inhalo, suspiro, recuerdo esos momentos, y que buenos momentos, cierro los ojos y trato de acceder a mi mundo onírico, mundo en el que todavía siques siendo la reina, y aunque al cual no puedo acceder muy frecuentemente en estos días, cada vez que lo hago, se me apacigua la hinchazón de las cortadas, se desvanecen  de mi las infecciones de las quemadas y desaparece todo rastro de dolor. Porque allí, y tan sólo allí, vuelves a estar a mi lado, y somos enteramente felices.
Gracias a tus palabras y una de tus ultimas muestras de afecto sincero y sentido, puedo con el peso de esto, me aferro fuertemente a ese deseo de mutuo bienestar y pienso en ese futuro ansiado pero incierto, en el que los dos mas adelante, ¿cuando? No se, nos vamos a encontrar, y asumiendo las circunstancias de cada una de nuestras vidas por aparte, la armonía que nos brindamos mutuamente pueda llegar. Finguerling (2011)

domingo, 24 de abril de 2011

Sweets 24


Como era de esperarse, después de un día lleno de ires y venires, de carne y por des fortunio mucho alcohol también; una ráfaga de viento hoy ha acariciado mi piel, me ha despertado del sueño profundo y me ha mostrado nuevamente que el dolor de mis quemadas es real.
Siendo este un nuevo día, un nuevo amanecer, una nueva muestra del sol, un nuevo mundo; quiero decir, como dice la canción “i`m feeling good” pero eso no puede ser posible, eso no es así, y no lo es porque el veneno que me envolvió hace tiempo atrás en la tierra de los caballeros, sigue corriendo por mis venas, sigue instaurado en mi cerebro. Se ha plantado allí para corromperme y corroerme.
Hoy, en este día, en esta continuación de mi existencia, al mirar mis brazos, mis manos, mis dedos, mis unas; puedo ver que estoy lleno de marcas, de cicatrices y de mugre.
No puedo terminar este manuscrito sin darle las gracias, sin reverenciarme frente a ustedes, a todos y cada uno de los asistentes a la celebración de mi cumpleaños; así como también a aquellos que no lo hicieron. Porque yo se que en mi idílico pensamiento narcisista, no lo hicieron, no porque no lo hayan querido así, sino, porque no estuvo en sus posibilidades acceder a mi morada. De todos modos muchísimas gracias por acompañarme en la muerte de un viejo año, y por recogerme en el nacimiento de un año nuevo. Año que traerá cosas diferentes, comportamientos distintos, vivencias inesperadas pro muchos, deseadas por otros e insospechadas por mi.
Esperando que esto que nos depara a todos en este cambio de piel, músculos y huesos no nos desfigure del todo; me encuentro renovado, actualizado, degradado a eso, a lo que la sociedad quiere de mi.
De hoy en adelante , sin pensarlo dos veces; un nuevo yo, un nuevo ser. No libre de pecado, culpa o responsabilidad, no correcto, incorrecto, sencillo, complejo o enamorado del amor. No, eso no, tan solo desilusionado de mi ser, de mis capacidades para cambiar el mundo y el giro natural pero desagradable que ha tomado.  Porque, he entendido a las malas, que eso no ha de servir nunca mas, que no ha de ser parte de mi exterior. Finguerling (2011)

domingo, 10 de abril de 2011

Isla imaginaria de realidades


Estábamos los dos, sólo tu y yo en ese lugar que nos imaginamos en un comienzo como un paraíso lleno de vida y color; pero que con el contacto con lo que era en realidad nos dimos cuenta que no era lo que queríamos ni esperábamos.
En ese primer día, cuando llegamos a aquel lugar inhóspito y desértico todo parecía bien, todo se encontraba dentro de los parámetros estables y acordados por las vicisitudes que ya habíamos previsto. estábamos tranquilos, contentos y animados por el simple hecho de encontrarnos juntos, únicamente los dos acompañándonos y acariciando nuestras almas con las risas que emanaban de nuestros cuerpos; todo estaba bien, no había nada en realidad porque preocuparnos, teníamos comida, agua, refugio y confort. Nunca nos imaginamos lo que nos depararía el día siguiente.
Nos acostamos a dormir en nuestro pequeño refugio, tu tenias mucho calor y por eso no aceptaste que te cubriera con la manta que habíamos llevado. Yo por mi forma de ser no me permití dormir plácidamente del todo, puesto que sabia que estábamos en un lugar desconocido y posiblemente peligroso; por lo que me recosté a tu lado con un ojo entre cerrado y el otro completamente abierto. Al adentrarse la noche se posó sobre todo el lugar un gélido y espeso ambiente, te vi temblar de frio, y por eso, seguramente en contra de tu voluntad durmiente te arrope, no sólo con la sabana que te quería poner anteriormente, sino también con  mi chaqueta. Tu impresionantemente, sacaste uno de tus brazos y te aferraste a estos cobertores, te meciste acurrucándote, encorvando tu cuerpo hacia delante; dejando salir de tu boca un leve susurro que decía “tan lindo como siempre, gracias”.
No paso mucho tiempo antes de que el día se presentara, amaneció y nos levantamos para ir a buscar leña con la cual hacer una fogata para nuestro desayuno. Al regresar no pudiste contener la angustia que te generaba el ver que todo lo que teníamos había sido arrastrado por la marea, te desplomaste en la blanca arena sobre tus rodillas y el pánico invadió tu ser, haciendo que de tus desesperanzados ojos brotara un mar de lagrimas incontenibles. Yo no supe que hacer, pensé en sumergirme en el basto y embravecido océano con el fin de recuperar algo de lo que habíamos perdió, pero pensé asertivamente que si hacia eso, lo mas probable es que no regresaría con vida y, te dejaría sola; lo que ocasionaría que tu angustia se incrementara aun mas. Me arrodille a tu lado y tomando tu cabeza firmemente te recosté sobre mi hombro y, hablándote dulcemente al odio te tranquilice; tu caíste en un profundo sueño debido al alto estrés en el que te encontrabas.
Mientras tu dormías placida y cómodamente sobre mi camiseta, a la sombra de unas ramas de la única palma que había en esa inclemente, agobiante y árida isla, yo daba círculos pensando en como íbamos a sobrevivir las tres semanas que teníamos que esperar antes de que la embarcación que nos dejo allí nos recogiera. Llegué a imaginar que no lo lograríamos, que antes de nuestro rescate yaceríamos muertos, que nuestros cuerpos quedarían completamente despojados de cualquier indicio de vida; pero detuve mi marcha, mire al horizonte y sonreí.
En mi mente se posó una luz ferviente de alegría y tranquilidad, manifestación que invadió todo mi cuerpo y ocasionó que éste se moviera rápidamente al otro costado de aquella palma. Comencé a cavar, con mis manos estaba haciendo un nuevo refugio para nosotros dos, sabia que no necesitaríamos nada mas, puesto que con el simple hecho de saber que nos encontrábamos allí, tu y yo, nos daría las energías suficientes para sobrevivir. En las mañanas soleadas nos despertaríamos y contaríamos el uno al otro lo que soñamos, nos reiríamos de las insulsas conclusiones que sacaríamos al respecto; en las tardes estáticas cuando el hambre nos abrace, nuestros cuerpos intercambiarían energías engañando a esta sensación, y en las noches silenciosa, una historia de nuestra infancia seria el mejor canto de cuna para quedarnos dormidos; así sobreviviríamos, y lo haríamos porque estaríamos los dos, tan solo los dos.
Efectivamente, las horas transcurrieron, los días pasaron, una a una las semanas llegaron a su fin y, nosotros seguíamos en pie, continuábamos viviendo, ayudándonos mutuamente a superar esos efímeros momentos de angustia e incertidumbre; tu con aquella característica espontaneidad y alegra, y yo con mi fuerte capacidad de contención.
Ya en ese ultimo día de espera, sin pensarlo dos veces, te levantaste, saliste de nuestra cueva y miraste con esperanza al mar, esperando claramente ver nuestro rescate aproximarse. Nuestros cuerpos habían cambiado, pero el tuyo a pesar de la inclemente condición que habíamos atravesado, conservaba la sensualidad y  armonía que tu alma en él imponía. Yo te miraba desde mi como asiento de arena, no tenia fuerzas ya, pero a pesar de esto, me sentía contento, tranquilo y pleno.
En un parpadeo giraste, te aproximaste a mi y me exigiste que me pusiera de pie, lo hice, me levante y sorprendido te pregunté que estaba pasando; tu me contestaste que, “nada en realidad”, y dejando salir un par de lagrimas de tus endulzados ojos, te abalanzaste sobre mi y me diste un fuerte abrazo. Yo te recibí con agrado y cariño, pasé mis brazos por alrededor tuyo y te aferré a mi cuerpo; fue inevitable dejar salir de mis lagrimales una que otra lagrima de alegría. Levantaste un poco tu cabeza y de forma susurrante me dijiste: “usted es un gran amigo”, yo te apreté mas fuerte, mi respiración se entrecortó y lo único que pude responderte fue “gracias, gracias querida”.
Este mágico momento fue interrumpido por el sonido del trombón que anunciaba la llegada de nuestro barco. Nos separamos y juntos sonreímos al darnos cuenta que estábamos salvados. Nuestras almas corrían tomadas de la mano en dirección a aquella nave, mientras nuestros cuerpos hacían lo posible para llegar a ella. Te di nuevamente las gracias y dándote un beso en la frente te dije “no lo hubiera podido lograr sin ti, me alegra mucho que fueras tu la persona que en este momento se encuentra aquí a mi lado”

… A ti querida… Muchísimas gracias por todo… (Finguerling, 2011)

viernes, 1 de abril de 2011

Hoy verde


Sin mi contador de tiempo, una vez mas he decidido parar, contemplar mi propio sentimiento, tomar una copa de te y saborear como se siente mi gris entidad fugaz y etérea vivencia banal. Por eso te digo nuevamente que esperándote me encuentro. Ya que eres tu, lo que sin controlar, mi corazón se ha propiciado en extasiar con cada pulsación.
Nunca pensé, ni percibí la importancia que tundirás en mi.  Pero me deje llevar nuevamente por lo que mis sentidos me aclamaban una vez mas; te convertiste en mi lucha, en mi búsqueda, en mi fuerza, y sobre todo en mi ideal. Por eso mismo, en contra de la marea intempestiva que me quiere hacer desistir y desfallecer en tu costa alcanzar, que recupero mi fuerza, ente con el cual me levanto todos los días para blandir mi espada, y mi escudo alzar.
Esta es mi lucha, como lo son los dedos que este escrito han de danzar para que de una u otra forma, al mundo mi sentimiento se pueda proyectar.
Pero en este momento, no me queda mas remedio que seguir intentando a tu corazón acceder, seguramente de una forma errónea e inimaginable para tu ser. No me importa, no lo hizo antes y, por lo mismo no lo hará ahora. Porque no me siento mal al hacerlo.  Yo seguiré luchando, seguiré combatiendo los demonios de mi pasado para mostrarte la inmensidad de mi presente, y la maravilla del futuro que podrás tener si aceptas compartir tu vida con mi futuro. Fingerling (2011)

domingo, 20 de marzo de 2011

Despejado



Ya  caía la noche, había sido un día bastante activo; él tan solo pensaba en lo que le depararía el día siguiente, lo emocionaba, y lo preocupaba. Entro en su casa y dejo al lado de la puerta la maleta donde llevaba la ropa sucia y mojada con la que había ejercitado su cuerpo y aquietado su mente las ultimas cinco horas de ese día; ya sabia que era hora de dormir y dejar que sus músculos reposen sobre su cama, pero como era clásico en él, la mescolanza de emociones que lo abordaban en ese momento no le permitía hacer mas que pensar en ese nuevo día que cada vez se aproximaba mas y mas.

Ya entrada la noche, después de haber tomado una ducha fraccionada como le gustan, primero caliente y luego helada; salió al balcón de su habitación, se sentó en el mismo butaco y estiró sus piernas en el mismo barandal, y allí quedo rendido bajo el llamado atrayente que le hacen los sueños a todos aquellos que se permiten disfrutarlos. 

Ya había amanecido, los primeros rayos del sol se colaban entre los agujeros que el viento impredecible le hacia a las nubes. Se despertó de un sobre salto, sentía que era tarde, muy tarde; se arrepentía profundamente por haberse quedado dormido de esa forma. Salió corriendo a su closet, agarro entre sus temblorosas manos una muda nueva de ropa, y entre maroma y salto se la puso mas rápido que si se la estuviera robando. Corrió hasta su entrada, abrió la puerta de su casa, salió de allí son esperar que la puerta se cerrara, pero no le importaba tampoco, porque sabia que si todo le salía como esperaba, esa misma noche dejaría de vivir en aquel maltrecho apartamento.

Ya se había establecido la mañana, él seguía corriendo; no se tomo la molestia de esperar el bus de servicio publico, era mas rápido llegar al punto de encuentro a pie. Por fin llegó, era el ultimo como lo pensaba, por poco no lo dejan inscribirse en la carrera; esta que no era su primera carrera tenia algo supremamente importante y especia. Quería ganar a toda costa, para eso se había preparado y entrenado arduamente, para eso había corrido antes en otras ciudades, sólo para esta carrera.

Ya comenzó la carrera, inclinó su cuerpo hacia delante, parecía que fuera a terminar en el piso; rápidamente abalanzó una de sus piernas  lo mas lejos que pudo mientras que apretando sus puños regulaba el equilibrio de su cuerpo con sus brazos. No miró a nadie, sencillamente corrió, lo hizo como nunca lo había hecho; tenia la sincronía perfecta, todo su cuerpo parecía estar de acuerdo, desde lejos se veía como si estuviese flotando, la gente  que asistió a la carrera para ver el espectáculo se asombraba con la versatilidad y la fluidez de sus movimientos.

Ya, en la carrera, él sintió que iba a ganar, lo esperaba, lo quería y en su mente estaba la victoria como única alternativa; lo estaba logrando, ya había pasado a la mayoría de sus contrincantes, los había dejado tirados atrás. Unos pocos metros antes de la meta se encontraba frente a él su ultimo oponente, ese que era él favorito de los medios y la gente, ese que le sirvió de ídolo para hacer lo que estaba haciendo, ese unos años atrás le dijo “animo, usted puede lograr lo que se propone si deja de ser su pero enemigo.” Tenia que ganarle a su propio mentor y colega. Entonces algo se movió dentro de él, le hizo perder la armonía de sus movimientos y, cayó en el suelo, no duro mucho allí, se levanto rápidamente y retomo la carrera. Sabia ahora que no podría ganar la carrera, entonces redujo  velocidad, perdió toda su motivación, y comenzó a escuchar como los pasos de aquellos que había pasado anteriormente se acercaban otra vez.

Ya termino la carrera, él no ganó, pero tampoco perdió, y no lo hizo porque justo antes de darse por vencido recordó el porque había corrido. Su corazón se lo había pedido, y con esto aquel corredor que llego de segundo en esa maratón entendió que aunque no siempre se logra el objetivo querido, es bueno haberlo intentado, porque ha sido el reto mas grande que ha perdido y con eso le ha llegado la ganancia mas importante que ha aprendido. No desfallecer nunca en intentar lograr hacer que cada día se convierta en ultimo vivido.
Ya años después, el corredor siguió corriendo, gano muchas otras carreras, le gano a su mentor porque dentro de su corazón la fuerza de la lucha y perseverancia están siempre presentes. Finguerling (2011) 

martes, 8 de marzo de 2011

08 Del 03=11


Este es un escrito en homenaje a los verdaderos protagonistas de este día, porque son ellos los que en realidad le dan la magia a esta fecha tan especial.
Ustedes, todos ustedes se han encargado el día de hoy en sacarle una sonrisa a un millar de mujeres, de poner a pensar a otro millar de hombres, de crear incertidumbres y comentarios en los pasillos de los recintos sociales y, de llenar de color, un día que muestra en el cielo nubes grises y vientos arremolinados.
Es por esto que a manera de agradecimiento por esto y por todos los otros hermosos sentimientos que han salido de los corazones de aquellos que se permitieron tomar como excusa la fecha para comprarlos, hacerlos, regalarlos y entregarlos. Les agradezco a todas y cada una de las flores que con sus vividos colores fueron el adorno de aquellas mujeres afortunadas que las acogieron entre sus manos. A todos los sabrosos chocolates que endulzaron el paladar de las niñas que no sabían con que completar el sinsabor de no saber porque sienten que algo les hacia falta. A  todos los poemas, escritos y notas que avivaron el amor entre los amantes. A todos los helados que aumentaron la temperatura entre los enamorados y a todos exquisitos platos de comida que fueron la entretención para que diversas parejas compartieran historias y aventuras que lograran integrar sentimientos y emociones.
Gracias por darme una excusa para expresar de tan variadas formas lo que las creaciones mas inquietantemente hermosas, las mujeres,  me hacen sentir. (Finguerling, 2011)

domingo, 27 de febrero de 2011

Tu


Hola, te saludo a pesar de saber que no me puedes escuchar, ver, oler, tocar ni saborear. Se que eres lo que eres, pero te saludo por lo que representas en mi.
Sin pensarlo y mucho menos sin sentirlo, hace mucho tiempo he querido hablar contigo; no lo he hecho antes porque no te había tenido a mi lado a solas, y ahora que lo hago, aprovecho el momento para decirte un par de cosas que ni te van a gustar ni te van a hacer sentir mal, porque eres sencillamente tu.
De tu color, tu hermosos color, tu pigmento cálido y fuerte me recuerda la ferviente rigidez del tono de la vida, porque en eso te pareces a aquello que representa la vida y en muchos casos también la no posibilidad de dar vida. Ya que en tu presentación colorida expresas lo que cada uno de nosotros tenemos por dentro. Te pareces en tu color a la sangre, a ese liquido tan preciado que nunca se quiere perder, pero que se esta dispuesto a dar como ofrenda de seguridad, de tranquilidad y sobre todo de amar.
En tu aroma, en ese entremezclado conjunto de sensaciones olfativas he encontrado el placer del corazón, porque con tu inigualable variación de olores que  te conforman, he descubierto el transcurrir  y el deleitar, el caminar y el soñar, el levitar en las nubes y el caminar en los océanos.
Por eso te digo a ti, a esa ambrosia de los dioses terrenales, gracias por darme la oportunidad de deleitar mi gusto, de evocar mis sentimientos y de purificar mis pensamientos. Gracias por estar allí y destruir todo aquello que no me deja integrar mi ser en un sabroso sorbo de tu aliento. Fingerling (2011)

miércoles, 23 de febrero de 2011

Conversación de almas sagradas



En una tarde de un peculiar día de invierno, un día 23 del segundo mes del primer año dela nueva década del segundo milenio. Una sobra fugaz hizo que otra sombra cautiva del tiempo volteara a mirar; ella se preguntaba: - ¿En serio es él? No, no puede ser, es imposible; pero es tan parecido que también es imposible que no sea él.- Por lo que decidió seguir a aquella sombra escurridiza, pero como no fue lo suficientemente cautelosa en su persecución, hizo que aquella sombra nota su presencia y con eso generó que en el respaldo de una roca encontrara un refugio seguro donde esconderse de su perseguidora. Estrategia que fue completamente inservible, puesto que al llegar a la misma roca, esta sombra ansiosa por encontrar a quien andaba buscando se topó la otra y le dijo: - Oye tu, sal de donde te encuentras, ya se que esta allí, se quien eres, pero no entiendo porque te estas escondiendo de mi.-
Ante tan furtiva aseveración, la otra sombra no tuvo mas remedio en salir de su escondite. Al hacerlo le preguntó: -¿Qué es lo que quieres? ¿Qué estas buscando de mi?- Impactada al ver que tan sólo era una sombra, otra sombra como lo era ella misma, le dijo: - No sabia que ahora andabas sin compañía de tu amo, pensé que eran inseparables, porque ustedes siempre estaban juntos, a pesar de no haber luz alguna que te proyectara.-
- Si, tienes toda la razón, lo éramos,  estábamos en todo momento presentes los dos; pero las cosas han cambiado, mi amo me ha pedido que busque algo, que busque a alguien para mirar como se encuentra, y curiosamente a quien me ha pedido que busque es a tu amo.- Le respondió aquella sombra con silueta de hombre. –No te creo, tu lo has abandonado, lo has dejado a merced de las penumbras de la luz sin tu compañía.- Manifestó la sombra perseguidora.
Un poco indignada esta sombra masculina le replicó de forma estridente: -No, eso nunca, te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir, mi amo, ese gran mago negro, tan negro como lo soy yo cuando el sol de medio día se alza en los cielos, me ha pedido que te busque a ti, y por ende que busque a tu dueña; esto porque él cree que ella, tu dueña, esa hermosa hechicera que ama con cada una de las fuerzas de su corazón, no se encuentra del todo bien; y por eso me ha pedido que me disponga en su búsqueda, en esa travesía para que me vea y recuerde que él sin importar lo que pase va a estar allí para ella.-
 Mas impactada que sorprendida, el alama de la hechicera le dijo: - No lo entiendo, no se porque me dices eso, realmente no me entra en la conciencia lo que me acabas de decir.- Meditándolo un poco, y tras pasar un par de decenas de minutos, continuo con su discurso diciendo: - No es posible que tu amo haya sido capaz de llegar a amar mi amo, es inconcebible que alguien alguna vez pueda amar a tan incomprensible mujer, no, no es posible, y mucho menos si llevan conociéndose tan poco tiempo.-
En eso, la sombra del mago le dijo a la sombra de la hechicera un par de palabras embrujadas: -Mira, si quieres entender el porque de lo que ha pasado entre nuestros dueños, ven, acompáñame y escucha la otra parte de la historia.-
El sonoro encantamiento de la sombra mago resonó  en la sombra de la hechicera, quien cautivada por el sonido del la voz de su interlocutor accedió diciendo: -Esta bien, vamos a donde tu quieras, vamos a ese lugar en el que tus sentimientos se confunden con los de tu amo.-
Al llegar a la copa mas alta de los edificios que en la sociedad de ese lugar se han de levantar, la sombra impaciente de la hechicera le pregunto a su contraparte masculina: -¿Cómo es que te atreves a afirmar tan fervientemente que tu amo ha logrado amar a mi queridísima dueña?-
-Si, me tomo el atrevimiento de decirte que lo ha hecho, lo ha logrado en el corto tiempo que la ha conocido, y lo ha hecho por una simplísima razón.- Contestó seria y dolientemente la sombra del mago.
Palidecida por la credibilidad que le suscitaba la revelación que acababa de hacer esta maltrecha sombra, la sombra de la hechicera pregunto: -¿cómo fue que eso se hizo posible?, cuéntame por favor.-
Dándole cabida a aquella sonrisa que no se puede ver en la proyección de la complejidad de una sombra, le contestó: - En realidad es mu sencillo, mi amo, sin mayor esfuerzo ni dolor, se encargo de comprender los caminos que recorrían y que seguramente recorren las venas de nuestra amada hechicera; él dedicó todas su fuerzan en entender como era que funcionaba su maquinaria interna, lo entendió, y sin darse cuenta logró algo mas. Consiguió que dentro de si, naciera un retoño sentimental negado para el por el pasado; surgió dentro de él el amor nuevamente. Mi amo logró amarte a ti, y con eso consiguió el conocimiento suficiente del sentimiento que entre sus venas corría al verte como lo hacia al ver a tu ama, a tu incomprensible hechicera.-
-Eso no es suficiente para amar a mi dueña.- Renegó la sombra de la hechicera.
-Si, tienes razón, eso no es suficiente, y por eso, mi amo, ese mago que actúa en resonancia con las vibraciones del presente y de la vida, se enamoró de todo lo que conocía de aquella fortuita hechicera; se enamoró de sus encantos, de su belleza, de su hermosura sutileza; de su caminar, de su reír, así como también de su llorar.  Lo cautivó el amor pos su corazón, por su dolor, por sus problemas, sus incertidumbres y su dolencias.- Hizo una breve pausa, y después de un corto suspiro continuó: -Si, mi amo que ahora trata de transformar ese amor que siente por tu dueña en algo mas acorde con lo que ella quiere de él, acertó en sentir el sentimiento mas hermoso que alguien, alguna vez podrá sentir.-
En ese preciso instante la luz del sol desapareció, y las sombras que estaban contemplando la dicha de la sinceridad desaparecieron, deseando encontrarse nuevamente en algún lugar, para de esta forma continuar con la historia de un amor no correspondido pero enteramente real. (Finguerling, 23/02/2011)

domingo, 20 de febrero de 2011

De tu ser y progresar, mi alegría y complaciente bienestar


En las cosas extrañas que le pasan a cualquier sujeto, se siente lo que es sentir en el eterno e impenetrable sabor del concreto.
Es hermosamente curioso, es intensamente sabroso, es eso y nada mas. Hoy con tu noticia inesperada pero anhelada sentí que mi corazón latió mas fuete que nunca, y lo hizo porque al mis oídos escuchar lo que inmediatamente mi cerebro pudo procesar, se dio la oportunidad de irrigar todo mi cuerpo con tu fortuito bienestar.
Es curiosos, es eso y nada mas, una gota de vida en e sentir de un sauce viejo que acepta lo que es ser un ser sin desesperar.
Tu, toda tu, y en el presente tan solo tu, has logrado que mi vida se ilumine con cada paso que en tu camino, tus decisiones han dejado una flor evocar. Me enseñaste como es el sentir por un retoño y nada mas; y por eso en mis letras maltrechas te comento que luchar contigo por tu armonía y tu re significar, siempre, en cada momento que mis fuerzas me han de colaborar, allí voy a estar.
Es eso y nada mas, un homenaje traído de los cabellos de la vida, sin penar, que inauguro como muestra de mi afecto; ese nuevo camino que has decidido emprender, con afán y con falta de serenidad.
Te adoro camínate errante, te envidio navegante infante, pero te protejo de eso que nuevamente atormenta tu deseo, caminante, porque se que mas adelante, no al final sino en el sendero imperante; que sigas siendo esa princesa, esa doncella, que como siempre lo has sido, sigas siendo; una luz vivida y etérea, porque en ti encuentran la esperanza los cautivos vagabundos y los cantantes. Fingerling (2011)


lunes, 14 de febrero de 2011

Santo Valentino


En estos tiempos de completa incongruencia, de caminar sin avanzar, de sentir que el no sentir es lo correcto, yo, un ser arraigado en el pasado, en el romanticismo de la vida y del amor, tengo algo que manifestarles.
Pueda que no sea el mas apuesto, el mas inteligente, el mas sensible, ni el mas sensual; pero soy yo, un ser incontenible, un sujeto que no se deja apaciguar por las derrotas que el camino le suscita a cada paso, un guerrero que trata incansablemente de resguardar la esencia de lo hermosos dela vida.
De ese mismo modo, soy un ser que sabe que no se puede quedar en el pasado, que tiene que hacer lo necesario para adaptarse al corroído camino que la sociedad pinta con el color del corrupto desprendimiento del sentimiento. Y lo hago, lucho por eso; me levanto cada mañana tomando en mis dos manos una pizca de coraje y un bulto de sentimiento, con el fin de mostrarles a todos aquellos que se toparon con mi existencia, que no hay nada mas hermoso que le simpe hecho de dejarse llevar por la vida, tal y como lo hace una hoja de cerezo que se desprendió por los vientos del otoño, descendiendo por los linderos de aquel árbol que creció tanto tiempo y aterrizó en las causes de un riachuelo que la transportará al fin ultimo que su destino le ha deparado; para sencillamente mostrarle que en el fondo no hay acción sin consecuencia, que no existe queso sin leche, que nunca habrá vino sin uvas; así como tampoco, en el mundo se concebirá amor sin deseo.
Por eso es que manifiesto que sin importar los años y mucho menos los daños, este corazón que en medio de mi citarizado y por ende acorazado pecho se encuentra, seguirá latiendo, sintiendo, soñando y sobre todo luchando por el amor; porque eso es lo único que en realidad el alma con su partida del mundo terrenal se ha de llevar. (Fingerling, 2011)

martes, 25 de enero de 2011

Ángeles


Sentado en la poltrona heredada de aquel sabio de los bosques y los vientos, de ese ser sabio por la experiencia que le dio el furor del fuego y la quietud de las montañas, me encuentro meditando sobre el transcurrir de la vida, de mi vida, del tiempo, del pensamiento pero sobre todo, de estos seres que se han topado en mi vida sin avisar; me siento en este momento de acople y modificación remembrando la vivencia de cada uno de sus apariciones inesperadas y solicitadas.
En el mundo todos los seres tememos un sin numero de creencias que no sabemos si son ciertas, o si en realidad hacen parte de la explicación que le damos a eso que no podemos tolerar por incomprensible. De una u otra forma hacen parte de nosotros, y por eso mismo, dichas creencias, hacen parte de lo que nos define. Este es el caso de los ángeles, fantasmas que se han disfrazado para hacernos creer que no existen mas allá que en los sueños o en los cuentos de dioses bondadoso y crueles. Desafortunadamente para ellos, existimos guardianes que dentro de nuestra formación encontramos en las raíces de las flores de la vida, un elemento que nos permite verlos, y con eso, saber que son diferentes al resto de vivientes de este imperfecto lugar; pero desafortunadamente para nosotros, no se nos revela la verdadera función de su presencia, por lo que nos vemos en la auto adquirida obligación del porque de su existencia.
De esta placentera obligación, he podido sacar una hermosa conclusión. Los hermosos ángeles están aquí para nosotros, se encuentran en nuestro mundo para mostrarnos lo que somos, lo que no queremos permitirnos ser, lo que nos molesta de nosotros mismos, lo que hasta de pronto se nos dificulta ver; por eso es que están aquí.
Hace mucho tiempo que los podía ver, los podía sentir, pero no estaba dentro de mi la capacidad de tocarlos con mi alma, como tampoco podía asimilar la persistencia que tenían en encontrarse a mi lado. En ocasiones me agobiaban con su presencia, con sus susurros, o con la bulla que sus voces manifestaba; yo los escuchaba, porque sabia que tanto con sus consejos, como con su regaños, querían expresarme su preocupación y su frustración frente a mi situación.
Hoy, un día cuyo transcurrir no deparaba nada nuevo ni sorpresivo, el movimiento de la pluma de uno de estos increíbles seres me mostró el camino de mi destino; sin pensarlo dos veces la seguí, casi como si mi cuerpo se moviese solo, como si se encontrase encantado por la fuerza de la necesidad que se encontraba enredada con la pujanza de la esperanza de mi bienestar. En el momento que pude reaccionar, me encontraba sentado en un anden esperando a que apareciera, a que su presencia apaleada por el esfuerzo que requería seguir viviendo se manifestara; en ese preciso instante se presento nuevamente, puesto que ya con este ángel me había encontrado previamente. Se sentó a mi lado y me pregunto como estaba, yo aturdido por su regreso le conteste que estaba bien; guardo silencio mirándome fijamente a los ojos, detallando cada una de las líneas que se dibujaban en la pupila de los mismos. Me dijo, que le estaba mintiendo, que no había hecho lo que debí haber hecho para mi vida, y que por lo mismo mi crecimiento emocional se había estancado muchos años atrás; tanto así, que mi alma había perdido su luz, y que  mi mundo interno se encontraba sumergido en un cumulo de lagrimas que no había permitido sacar de el, haciendo que los rascacielos de esperanzas y sueños, se desbaratan y corroyeran por el acido de las mismas.
Las palabras con las que me abordó eran completamente nuevas, no me las había dicho nadie antes, ni ella misma; pero de parecían conocidas, se asemejaban a las que me habían dicho antes muchos otros. Fue allí, donde comprendí, fue en ese momento en el que de un latido fuerte, mi corazón se hizo sentir nuevamente.
Si, es cierto, todos los que me habían dicho lo mismo pero de diferentes y diversas formas, eran y son ángeles, seres que florecieron para mostrarme eso que por el afán de la preocupación de la vida y tranquilidad del mundo externo había olvidado. Con esas palabras abrí un poco mas mis ojos, sentí que desperté del letargo que la cadena de eventos me tenia y recordé haber visto alas sobre los hombros de mis amigos, entonces mi cuerpo se estremeció de alegría.
Supe allí que todos mis amigos no eran mas que ángeles, que eran eso, unos sujetos hermosos, amables, agresivos, devotos a la fe de la evolución. Con esta reiterativa recordación de mi una lagrima salió, un diminuto mililitro que ahogaba mi mundo interno salió; me sentí mucho mejor, mas liviano, mas tranquilo, y aunque sus palabras fueron muy dolorosas, me llenaron de vida y me permitieron sentir nuevamente.
Gracias a todos los ángeles que han y que están orbitando mi mundo, yo se que no he sido el mejor alumno de sus enseñanzas, que he sido testarudo y despistado. Quiero que sepan que con cada una de sus apariciones, lenta y pausadamente he logrado avanzar en el camino de la búsqueda de mi felicidad; aprecio mucho su dedicación y su constancia, me disculpo por la lentitud de mi cambio, y les prometo que debido a sus esfuerzos  y los míos, el sol de mi mundo brillara tan fuerte que la luz que emana el sol del exterior se vera opacada por mi propio furor. (Fingerling, 2011) 

domingo, 9 de enero de 2011

Encuentro fortuito



Me sorprendió leerte nuevamente, hace tiempo ya que no tenia ninguna noticia tuya, me agradado, me puso a pensar en ti, a recordar esos buenos momentos que pasamos en el pasado. No podía parar de pensar en ti, en como había crecido, en como estarías, en tu familia, tus amigos, tus amigas, tu corazón y tu brillante sonrisa; por eso acepte tu invitación, me levante de mi cama, me bañe y vestí, no pensé que fuera tan difícil encontrar la ropa adecuada para nuestro re encuentro, pero la ansiedad me invadió y nublo mi mente hasta el punto que no me permitió hacer un atuendo determinado, por lo que me puse lo primero que se encontraba en cada uno de los cajones, creo que funcionó, sentí que me veía bien, pero me preguntaba:
-¿Por qué me angustia tanto como me veo? No es para tanto si cuando nos conocimos y nos frecuentábamos llevábamos casi siempre el mismo tipo de vestimentas. Déjate de tonterías y párate, ya vas tarde-
Llegué al sitio que tu habías determinado, como de costumbre tu eliges las cosas, veo que eso no ha cambiado, así como tampoco el lecho que llegaras tarde a todo. Saqué el libro que tanto me ha costado leer, pensé que me darías mas tiempo para avanzar un par de paginas, pero no fue de esa manera; tu te aproximaste por detrás y me tapaste los ojos, como en nuestros juegos, no decías nada, por un momento llegue a pensar que eras otra persona, pero tu inconfundible y sensual aroma te delato. Te dije:
-Hola, tu no me puedes engañar, conozco bien tus viejas mañas, mañas que desarrollamos los dos, o es que ya no te acuerdas.-
-Si, tienes toda la razón, tan detallista como siempre.-
Me contestaste alegre y efusivamente. Un instante después saltando de un lado al otro de la mesa caíste en la silla que se encontraba al frente mío, dejaste caer tu hermoso pelo, pero esta vez tenia un color diferente, estaba mas oscuro, no era tu color natural. Sentí que mi corazón se me salía del pecho, no podía sucintar palabra en ese instante. Me miraste, hiciste una cara de sorpresa, algo en mi te había impactado, dijiste:
-Ho por dios, como has cambiado, estas supremamente diferente, te ves-
hiciste una pausa, como si dudaras la manera de terminar tu comentario, y lo continuaste con naturalidad diciendo:
-Bien, muy bien.-
te reíste y dijiste:
-No se si me gustas mas ahora, o como te veías antes.-
levante una de mis cejas, te sonreí y dije:
-Me alegra escuchar eso, porque quiere decir que te sigo gustando, así como tu a mi, te ves increíble, estas tan llena de vida, y ese color de pelo te siente muy bien.-
-Deja de alagarme, eso es algo nuevo en ti, no pensé que en este tiempo perdieras tanto la pena.-
Me dijiste un poco seria.
-No la he perdido, esa pena de la que tanto te burlabas y me criticabas sigue en mi, es algo que no es fácil de dejar, tal vez, ya hasta haga parte de mi personalidad, pero de todos modos recuerda que poco tiempo después de habernos conocido, no me daba pena hablar contigo.-
-Si, es cierto, esos tiempos fueron bonitos, unos bellos recuerdos que todavía están en mi mente y en mi corazón, no creas que porque no nos vemos hace ya unos seis o siete años, he olvidado las cosas que vivimos.-
-Yo se que no, yo tampoco lo he hecho, es mas, de vez en vez, un recuerdo de aquellos se me atraviesan en el presente y me sacan una sonrisa, haciéndome sentir que el tiempo se detiene nuevamente.-
Paré mi discursó, me quede detallándote, no podía creer como habías crecido, en lo que te habías convertido, y por eso mi corazón estremeció de tristeza y nostalgia, y sin darme cuenta de mis ojos brotaron lagrimas.
Tu me preguntaste:
-¿Porque lloras? –
Saqué del servilletero una servilleta, sequé mis lagrimas y te contesté:
-Porque me hubiese gustado compartir contigo todas y cada una de las experiencias que has tenido en estos años, y eso me da duro.-
Tu hiciste una cara sonriente de pesar, y tomándome la mano me dijiste:
-Yo se, a mi también me hubiera gustado estar a tu lado para apoyarte y animarte en tus momentos de dolor y tristeza, como para saltar y reír contigo en tus momentos de alegría y felicidad; pero tu sabes como son las cosas entre los dos. No se te olvide que así como nos queremos, tenemos diferencias irreconciliables que hace que no podamos acompañarnos, no te culpes por eso, los dos sabemos que no fue culpa de ninguno de nosotros, fueron tan sólo las circunstancias.-
Como de costumbre sacaste una sonrisa de mi rostro, no me podía poner triste con una persona como tu.
Seguimos hablando sobre nuestras vidas, actualizando agenda como era debido, desafortunadamente para los dos, el tiempo no fue nuestro amigo, teníamos otras cosas que hacer, a pesar de no querer movernos de ese lugar en el que nos encontrábamos. Y te dije:
-Como antes, todavía me cuestan mucho las despedidas, gracias por escribirme, me alegraste el día con eso y con la posibilidad de sentir tu presencia nuevamente. Ten mucho cuidado con lo que estas haciendo, espero que nos veamos pronto.-
sin dejar que te despidieras de mi, mi di la vuelta y deje sobre la mesa el dinero correspondiente a lo que habíamos consumido, escondiendo debajo de él una nota que espero que hayas visto, la cual decía:
-Hoy invito yo, pero la próxima la invitas tu, espero que nos veamos pronto, lamento haberte dejado de esta forma tan intempestiva, pero si no lo hacia, se que no mu hubiese separado de ti, y eso no es lo que queremos para ninguno de los dos.- (Fingerling, 2011) 

sábado, 8 de enero de 2011

Goodcat



Era una nueva noche, en un nuevo mes, en un nuevo año, todo se veía diferente, parecía que no me hubiesen extrañado, o eso era lo que la oscuridad me hacia creer. Se veía que las noches seguían tan vacías como peligrosas, era notorio que detrás de cada ventila, se escondía un criminal dispuesto a acechar.
Unas horas atrás, cuando aun me encontraba desempacado mis maletas, colgando mis ropas y limpiando mis armas, sentí que algo dentro de mi se encontraba inquieto, me llamaba, me movía, y me decía:
- Tu sabes porque regresaste, deja de hacer el oficio, ya es de noche y ese tipo de cosas se hacen de día ¿qué haces aquí encerrado si tu mundo se encuentra allá afuera?-
Me rehusaba a escuchar esa voz interna que me incitaba a salir a patrullar nuevamente, no quería escuchara, debido a que esa voz, y esa insinuación, me traían a mi recuerdos desagradables de mi ultimo patrullaje;
-Que situación tan desagradable fue esa-
Me dije para mis adentros, y con solo cerrar los ojos llegaba a mi mente cada uno de los sonidos de los tres balazos que el ultimo caso me regalo, y tras ellos mi cuerpo se estremecía con cada uno de los impactos de los mismos, haciendo cosquillear, las cicatrices que ahora me acompañan. No me pude resistir, tome un descanso de mis labores domesticas, y sentado en el sillón que mi mentor me había regalado y que laguna vez fue manchado con mi sangre también cuando se encontraba en mi oficina, decidí recordar nuevamente la historia de esa noche.
Estaba en el centro de esa ciudad occidental que tenia tan mala fama como las ratas que vivían en los alcantarillados de Paris; no sabia bien porque había aceptado ese trabajo, y porque a pesar de tener bien claro que no era mi territorio y que allí estaría mas en la posición de la presa que del cazador, lo tomé, seguramente fue gracias a mi terquedad y a mi excesivo interés por los casos difíciles y novedosos, imposibles dirían algunos de mis conocidos. Caminaba solo, mas solo de lo que pude haber caminado antes, no tenia miedo, creo que es un sentimiento que no se parase ante mi has que ya no tiene sentido que aparezca,  cuando ya no hay nada mas que hacer sino esperar que el daño recibido no sea mortal ni excesivamente traumático para mi cuerpo ni para mi mente. No era de noche, estaba amaneciendo, y me preguntaba:
-¿Porque mi informante ha decidió encontrarse conmigo a estas horas donde todo es mas brillante, donde somos mas visibles y nos pueden detectar con extremada facilidad? ¿Qué tipo de informante será? ¿De pronto esto es una mas de las trampas que mi competencia me pone para sacarme del camino?-
De la nada, sin previo aviso una mano esbelta y suave me agarro del cuello de mi gabán, la apreté fuertemente y antes que pudiese desenfundar mi arma, una vos dulce y entrecortada me dijo:
-Usted es a quien yo había mandado llamar, si, no tengo que preguntárselo, lo siento, lo se, lo huelo. Sígame por acá, rápidamente, antes de que nos vean, de que o sus espías nos vean.-
Haciéndole caso a tan melodiosa voz, corrí tras ella. Era obvio que había sido una mujer la que me estaba guiando, no solo por las características de sus manos, ni por su tono de voz; además de eso tenia una figura indiscutiblemente femenina, unas piernas largas, unas caderas anchas, y un pelo carmesí que resaltaba con la luz de cada uno de los postes que todavía no se habían terminado de apagar; todo esto debajo de una chaqueta de tela blanca y cinturones negros, que haca resaltar su piel color crema. Dando la vuela por la esquina de un callejón, me tomo de la mano con firmeza y abriendo una pequeña puertecilla que me roso la parte superior de la cabeza, me entro en una casa que se encontraba completamente a oscuras.  Espero un tiempo y sin mas rodeos me dijo:
-No encuentro el porque de que hayas venido a tan inhóspito lugar pero te lo agradezco, llevo mucho buscando a alguien que me ayude con el problema que tengo, y cada vez que alguien acude a mi llamado, termina muerto o seriamente lastimado-
Antes que pudiera terminar le dije:
-Si, lo se, he leído concienzudamente el expediente de este caso por las implicaciones y el riesgo que podría tener, se que no ha habido uno solo de los que se hayan vinculado en este caso que no haya salido seriamente lastimado, pero todavía desconozco el porque, quizá usted pueda explicármelo-
Ring, sonó mi teléfono, me desconcentro, me saco del trance en el que me hallaba inmerso por tan vivido recuerdo, entonces pensé:
-¿Quién me estará llamando hoy, nadie sabe que ya estoy de regreso en la ciudad, y muy pocos tienen el numero de mi residencia, es extraño, dejémoslo sonar para ver que pasa.-
Así fue, el teléfono siguió sonado y la contestadora se encendió, hizo la introducción respectiva y al terminar el sonido de una persona agitada que se encontraba seguramente en una cabina telefónica bajo la lluvia, me inquietó, pensé en contestar pero ya era demasiado tarde, puesto que después de un chasquido de labios que sonaba como refunfuñando, tiro el teléfono y se escucho el pito consecutivo de cada llamada cuando termina. Eso sin darme cuenta hizo que otra vez las voz que se hallaba inquieta dentro de mi me hablara nuevamente:
- Ya te lo había dicho, sal de tu casa levántate, y ve a las calles donde eres de mas utilidad, tu no estas haciendo nada quedándote acá sentado, esta no es tu vida, seguramente afuera hay personas que te necesitan.-
Tuvo el mismo efecto, logró que me sentara nuevamente en mi sillón a continuar con el recuerdo:
-¿En que estaba? A si, ya me acuerdo-
Estábamos mi nueva jefe y yo discutiendo acerca de las implicaciones del caso.
-Detective, yo también desconozco el porque de lo que ha pasado, pero extrañamente me siento muy culpable, siento como si de una u otra forma yo hubiera causado que los anteriores a ti, tuvieran tan trágico destino.-
entonces yo pensé y le dije:
-Eso no tiene porque ser culpa de usted, seguramente los anteriores cometieron algún descuido, o no estaban lo suficientemente preparados, pero no se preocupe, yo no suelo descuidar mis labores y créame, estoy muy bien preparado.-
-Me alegra y tranquiliza oír eso, no me gustaría que tu también salieras herido o en su de muerto, siento que puedo confiar en ti.-
Ya era bien de mañana, y los tablones que recubrían las ventanas de la casa en donde nos encontrábamos dejaban pasar los rayos del sol; lo cual se me hizo bastante riesgoso, algo normal en mi, siempre he preferido hacer mi trabajo de noche, en ese momento donde la magia de la oscuridad me cubre con su manto, y me protege.
Los siguiente que recuerdo, es que me habían atrapado, y me pregunto:
-¿Por qué fue que me atraparon?, a si, ja ja ja, esa mujer si era culpable del fracaso de los otros, así como lo fue del mío.-
Al caer nuevamente la noche, seguramente después de unos cuantos días o semanas; y después de haber recolectado pistas y haber hecho conjeturas frente a lo que atormentaba a tan bella señorita, nos encontrábamos los dos en otra locación completamente distinta, esta ves estábamos en una taberna a las afueras de la ciudad, hablábamos con mucha confianza, yo sentía que ya empezaba a gustarme seriamente, lo cual hizo que me vinculara mas a fondo en solucionar su problema; fue allí donde me distraje y cometí mis errores.
Ella con sus encantos femeninos atrajo a mis instintos y me hizo perder la cabeza, con muchas otras por consiguiente, logrando que esta vez asumiera el caso como propio, como si yo estuviera tratando de sacar adelante algo que me atormentaba a mi; lo que en un principio me hizo creer que haría que me fuera mejor y que tejiera con mas cuidado y detalle los bordes de la grieta que en esta encantadora mujer se había formado. 
Cordial y tímidamente le pregunté:
-¿Te gustaría jugar una mano de Póker conmigo? Mira que ya hemos avanzado mucho en tu caso y creo que nos merecemos un descanso, además por lo que se de tu vida, te puedo asegurar que te gusta, que lo haces muy bien, y que no sueles perder con facilidad, cosas que siendo un poco modesto compartimos los dos.-
Haciéndome una cara coqueta en la que cerraba lentamente sus carnosos labios rojos, apretando un poco su sensual mirada y levantando una de sus cejas, contestó:
-Esta bien, pero ten cuidado, que en serio no sabes en lo que te estas metiendo.-
Así fue, departimos muy alegremente unas cuantas partidas de Póker, me había quebrado, y ya sentía el efecto de los tragos que me había tomado en mi cabeza; como no tenia nada mas que pudiera perder le dije:
-Hagamos una ultima apuesta, si tu ganas yo haré lo que tu me pidas, te diré lo que quieras saber de mi, o si es necesario me lanzare desde el edificio mas alto; pero, si tu llegas a perder, me prometerás que  vas a abandonar todo en cuanto a este caso se refiere e iras a vivir conmigo en mi ciudad, donde puedo protegerte, y darte lo que creo que estas buscando.-
Dicho y hecho, si, perdí, y como todo caballero que soy, me levante a hacer lo que ella me dijo que hiciera, nunca esperé que me fuera a pedir que me fuera, que saliera y que me entregara a los empleados de su opresor; ellos me apresaron a la entra del establecimiento, ella los había llamado previamente, me levantaron después de darme un par de golpes y me empujaron hacia la puerta; yo traté de resistirme, forcejee por un tiempo para hacerle una única pregunta a mi informante, mi jefa, mi amante y ahora mi traidora:
-¿Por qué has hecho todo esto?-
Dando media vuelta y dejando que su larga cabellera se  meciera por el movimiento, me dijo sonriendo:
- Lo que he hecho lo he hecho por mi, porque tu estabas haciendo muy buen tu trabajo, estabas sacando a flote eso que me esta lastimando, y no lo puedo permitir.-
Apenas lograba entender la poca coherencia que tenia lo que me estaba diciendo, cuando de repente alce mi cabeza y ví que en su mano derecha tenia un revolver, arma con la que ella misma me vaticinó mi primera herida, la cual tuvo lugar en mi hombro izquierdo.
Es aquí donde me despierto encerrado y capturado por los maleantes, donde nuevamente la veo a ella, lo que me causa mayor sorpresa aun. Se acerca hacia mi, se arrodilla, me limpia la sangre del rostro e irónicamente también se hace cargo del balazo que yacía en mi interior; esto era cada vez mas inexplicable para mi. De un momento a otro, con lagrimas en sus ojos exclama en forma de susurro:
- Querido detective mío, lo lamento de verdad, yo nunca quise que esto pasara de esta forma, de verdad, en mi intención no estaba que tu salieras lastimado, como no lo estuvo el hecho de que ganaras esa ultima apuesta. Si yo perdí, pero como estabas tan alicorado te hice creer que el perdedor habías sido tu. Te debes estar preguntando porque te engañe de esa manera, y mas aun si la vida que estábamos llevando los dos era tan agradable y satisfactoria, pues te tengo una respuesta, respuesta que te daré mientras te suelto para que regreses a tu ciudad y puedas ayudas a mas personas, pero desafortunadamente las ataduras que tienes puestas no pueden soltarse sin hacerte daño, tengo que quitártelas con dos disparos.-
En ese momento me ataqué a reír y le dije:
-Tranquila, dispárame, desátame y cuéntame el porque de tus acciones, no te preocupes que estos no son ni los primero ni los últimos disparos que recibiré a lo largo de mi vida, yo voy a estar bien.-
-Lo que ocurre es que mi mal yo misma me lo he creado, lo tengo conmigo hace ya casi una década, y es culpa del dolor, de la soledad, del amor y del temor; por eso no hay nada que puedas llegar a hacer aquí, y menos si permitiste que se convirtieran en problemas propios.-
Al terminar de decirme esto, tomo el mismo revolver con el que me había disparado tan fría y furtivamente la ocasión anterior, soltó las cadenas de mis manos, impactando en el proyectil en mi muñeca izquierda; se alejo y apuntándome al corazón disparó y se despidió.
Justo antes que la bala impactara mire para el techo de la prisión en la que me encontraba, y con tan buena suerte pude notar que ya era de noche, entonces como un ángel que cae del cielo entró por una ventana un sujeto que vestía con una capa que le cubría tanto la cabeza como por debajo de la rodilla, yo sentí que me era familiar; logró correrme y evitar que el disparo perforara directamente mi corazón, pero no fue lo suficiente, un pequeño fragmento que había chocado con una de mis costillas desgarro un costado de mi órgano vital.
Caí tendido, mi cabeza quedo viendo todo de forma horizontal, sentía con cada segundo que pasaba mi cuerpo se  quedaba sin fuerzas, mi visión se oscurecía y mi respiración se entrecortaba. Ella se acerco, me miro, al parecer se dio cuenta que seguía vivo y me abrazo. Yo le pregunté:
-¿Cuál es tu nombre querida embustera?-
-Nina, tu puedes llamarme Nina, nadie mas lo hace, y se que si algún día nos volvemos a encontrar y tu me llamas por ese nombre yo te reconoceré e iré a saludarte, por eso tienes que vivir.-
-¿Cuál es el tuyo mi osado detective?
-Fingerling, confórmate con llamarme Fingerling.-
Le contesto con desdén mientras que el encapotado salvador, me aparto de ella, me alzo en sus brazos y me saco del recinto, yo me aferré a el con las pocas fuerzas que me quedaban, luego me desmallé en el preciso instante en el que este particular sujeto me decía:
-Te das cuenta porque no puedo déjate ni un segundo sólo, terminas embarrándola, cunado te veas en aprietos llámame, yo estaré justo detrás de ti a cada momento, mi nombre es Goodcat, recuérdalo.-
Lo siguiente que recuerdo es estas en este paradisiaco lugar del cual acabo de regresar, recuperado de mis heridas y dispuesto a volver a las calles a dejar que mi corazón lata con tanta fuerza con lo que lo hizo por el caso de Nina. 
Tomando una bocanada de aire, y prendiendo un cigarrillo, lago de mi casa y me encuentro con esto, esta nueva noche, de este nuevo mes, de este nuevo año y salgo a esta nueva ciudad, la cual parecía no extrañarme; me monto en mi vehículo y comienzo a patrullar.
Al ver que algo estaba ocurriendo en uno de los callejones mas oscuros y tenebrosos de todo el país seguramente, en ese callejón donde resolví mi primer caso, opte por  estacionar mi vehículo unas cuantas calles mas adelante y me baje.
A lo lejos se escuchaban los alegatos de varios hombres y una sola mujer, esto tenia cara de una violación, un caso fácil para cualquier detective, pero muy difícil para la victima, puesto que desafortunadamente aunque se reprenda a los responsables, la carga que recae sobre la afectada es incontenible e intolerable. Salí corriendo, y cuando llegué me encontré que la mujer estaba ya tirada en el piso y que unos hombres se acomodaban los pantalones con cara de regocijo y satisfacción, mientras que otros la escupían y la insultaban.
Parpadeé y en ese ínfimo instante, de la copa de los edificios salió nuevamente el encapotado, no pude recordar su nombre, pero eso hizo que acelerara el paso para ir a ayudarlo. Se desato la lucha, éramos dos contra ocho, un numero justo y bastante excitante; los golpes iban y venían, empezaron a caer los agresores, la mujer se levanto y desconcertada nos miró. En eso yo saque las llaves de mi carro y al recordarlo como un chispazo en mi mente dije:
-Goodcat, toma esto, levanta a la mujer y sigue salgan de aquí nos vemos en breve.-
Así fue, él se quito de encima al ultimo de los malhechores que le quedaba, y salió corriendo en dirección de la mujer, la tomo en su espalda y se aproximo a la salida del callejo. Entre tanto sacando detrás de su espalda uno de los sujetos que se supone que ya estaría inmovilizado, lanzo un alarido:
-Quieto, o disparo.-
Mi colega ya se encontraba, que ya se encontraba demasiado lejos para oír la advertencia siguió corriendo desenfrenado, haciendo que este individuo accionara el gatillo de su arma y sacando una bala que tenia como objetivo la cabeza de aquel otro guardián de la ciudad. Gracias a mi pronta respuesta logre tomar la tapa de una de las canecas que allí se encontraban y haciendo uso de la suerte que me trae la noche pude desviar la bala a unos pocos metros de él; esto si lo pudo escuchar. Poco tiempo después cuando llegue a mi carro, le dije en tono burlesco:
-Ja, tu si eres el colmo, te encomiendo algo y te dejas matar en el intento; sino fuera por mi, quien sabe donde estarías ya.-
Sonríe y me responde de la misma forma:
-Si, en serio que somos un gran equipo, los dos, deberíamos trabajar juntos.-
-Yo no trabajo en equipo colega.-
Le respondo haciéndole un gesto de aprobación, en eso la mujer que se encontraba en el haciendo de atrás pregunta desconcertada:
-¿Ustedes se conocen desde antes?-
-Larga historia cariño, larga…
En donde estoy, miro al techo y me doy cuenta que me encuentro en el consultorio de mi psicoanalista que me esta mirando atentamente, el cual después de recostarse en su sillón, dice:
-Es preferible dormir que hablar ¿no? Claro como es mas sencillo, pero no crea que dormido no hablo, hablo y bastante, ahora cuénteme ¿quién es ese tal Fingerling? ¿Porque se esmeró tanto por el caso de Nina? ¿Quién es esa tal Nina que tan guardad tiene en su interior? y ¿Que tiene que ver Goodcat en el pasado de Fingerling?-
completamente perplejo y conmocionado al escuchar las preguntas del doctor, no logre decir nada, trataba de encontrarle sentido a lo que había soñado y sin darme cuenta la canción con la que terminan siempre nuestras consultas ya había comenzado.
-Lo siento doctor, no pude responderle ninguna de sus preguntas, trate, se lo juro que si, lo intente mucho, pero de mi boca no salía nada, perdóneme. Le prometo que en la próxima sesión se las responderé.-
sabiamente, seguramente por la experiencia que le daba el tiempo que ya llevaba trabajando me dijo:
-Tranquilo, no hay problema, y esperemos a ver como se presenta la próxima sesión, tal vez me sorprenda nuevamente con otra interesante aventura de ese detective que no es nadie mas que usted mismo tratando de encontrarse en su interior, que tenga una feliz noche, se que lo hará.- (Fingerling, 2011)

De egreso a la incertidumbre de lo novedoso


Tras unos doce días en uno de los parajes aislados de los afanes cotidianos de la sociedad, he regresado para enfrentar nuevamente a la realidad que decidí, por un tiempo dejar de enfrentar. Me encuentro nuevamente en los rincones cálidos y amables de mi hogar, renovado por la fuerza de los días que al igual que el año que se fue, se han quedado atrás; pero no se han ido en vano, con ellos, he aprendido, he leído, es soñando y como conjunto de todo eso, he escrito, re escrito y pensado, en pocas palabras he sentido y amado.
Ahora, en este momento, al regresar de nuevo a la cotidianidad,  con lo primero que me encuentro es que tengo deudas que saldar, trabajos que terminar, escritos que leer, cosas que publicar y personas que re encontrar. Me da mucha pereza todo esto, no lo quiero hacer, pero no es porque en realidad no lo quiera, es porque cuando salí  de aquél oasis en el desierto gris del ruido incesante de la inconformidad, algo de mi se quedo allá, diciendo: -No partas, quédate, mira que acá estas viviendo cosas que se te dificulta vivir allá.- En ese momento no sabia bien que hacer, porque también encontraba la posibilidad de allí permanecer, y la propuesta que se me hacia sonaba bastante tentadora, tanto que llegue a contemplarla fuertemente, pero en ese momento recordé, que si me quedaba, nada de lo que había hecho tendría fruto, ni hubiese significado ningún resultado; puesto que apareció en mi mente el objetivo de mi partida, el porque de la necesidad de emprender este viaje de reflexión frente a mi vida, por eso, tome mi equipaje y me dispuse de nuevo al recorrido de regreso. Retorno a mi vida, a mi sociedad, a mi presente y a lo que el futuro me ha de mostrar.
Es un regreso particular, novedoso, cautivante de verdad. Es algo que me atemoriza por la increíble baraja de opciones que en a mi mano se pueden presentar, extaciante también, porque nuevamente ante la mesa de juego me he de sentar, no siendo el jugador inexperto i confiado, como aquel que se levanto de mi lado destrozado por sentir que esa mesa se lo había devorado. Es extraño, porque así como el mundo de afuera ha girado nuevamente y le ha dado una vez mas otra vuelta al sol, dentro de mi algo a cambiado, haciendo que yo ya no sea exactamente el mimos que fui antes, me siento distinto,  y eso me aterra aun mas, me aterra porque me encanta, porque me hace sentir que con la actualización que se esta terminando de estructurar en mi sistema, mas fuerte y fervientemente me podre enfrentar con la incontenible inconformidad de la hermosa realidad. (Fingerling, 2011)