lunes, 11 de noviembre de 2013

Entre miradas y fantasías




En el momento que te vi, pensé que eras una mas de esas mujeres a las que le brindaría un gramo de conocimiento, me imaginé que lo que pasaría entre los dos seria tan solo una muestra de interacciones racionales y mediadas por las responsabilidades y los deberes. En ese momento no se me pasaba por la cabeza que las cosas entre los dos llegarían tan lejos y tan profundo, no tenia ni idea que lo que se generaría entre ambos dentro de mi.
En lo que ha transcurrido desde el momento que nos conocimos, las cosas han cambiado mucho, se han transformado en algo que todavía, a pesar de mi conocimiento y de las experiencias que en mi se han enmarcado, no puedo descifrar. Entre nosotros ha surgido un baile que compartimos sin tocarnos, se ha gestado una dinámica que desde su mágica esencia me permite revivir simbólicamente.

Es extraño y confuso, es enredado, pero sobre todo atrayente. Lo que hemos creado mutuamente, se ha convertido en un juego erótico de manifestaciones inconclusas y laberínticas. Nos encargamos de atraernos y de mantenernos cerca por medio de códigos evidentes que se encuentran enmascarados por las dinamias de los lugares que compartimos cunado nos vemos. Esos momentos nos permiten deleitarnos de la presencia del otro, pero también nos aproximan poco a poco a eso que deseamos tanto, mientras que sabemos que no puede ocurrir.

Con tu coqueta presencia me permitiste revivir una historia que yacía perdida en el océano de mis recuerdos. Con lo que recientemente hemos hecho, se ha despertado una de las causas, una de las múltiples razones  por las cuales he construido lo que soy hoy en día. Tu llegada tímida pero furtivamente directa, me ha proporcionado la conexión olvidada de mi primer amor; me transportaste a esas emociones que ya hace un tiempo se encontraban sedadas por los analgésicos que gracias a mis últimos desprendimientos se han producido en mi cerebro.

A tu lado siento como el latido se acelera y llega a cada uno de los limites de mis extremidades, siento un calor inclemente, una energía que sobre pasa cualquier efecto farmacológico que una droga puede llegar a ejercer; es confuso que quiera seguir sintiendo eso mientras que sé la gravedad de lo que está pasando. Es una locura lo que he podido traducir de eso que siento cuando te pienso, lo que pienso cuando no te siento, y lo que me imagino oníricamente a tu lado. Juntos somos una pareja armónica pero distante, somos dos seres que en el fondo quieren estar en contacto, pero que sabemos que lo nuestro se encuentra conjurado.

 He logrado con dificultad mirar esos preciosos ojos tuyos sin permitirle a  mi cuerpo actuar y acercarme a tus tan dulces labios. He escuchado tu vos concentrando mi mente en los contenidos que con ella se revelan, esto, dejando de lado los sonidos sensuales que entre líneas se cuelan dentro de tu discurso. He visto tu singularmente atractivo cuerpo sin permitirle a mis manos desgarrar tus vestiduras para verlo íntegramente como es en realidad. He logrado acercarme al limite del abismo que implica tu proximidad sin sucumbir a mis mas profundos deseos, y lo he hecho por ti; suena contradictorio pero es así, tu me das la oportunidad de sentir un sinnúmero de sensaciones y de emociones que hace mucho tiempo no habría tenido la posibilidad de sentir. Así mismo me recuerdas con eso que siento, que lo tengo que encontrar en los brazos de una mujer mas parecida a lo que yo puedo brindar, eso quiere decir que debo hallar a una mujer que también me pueda brindar complementos que surjan de algo mas allá de lo consumado debajo de las sabanas. Por esa razón te agradezco por lo que hemos vivido en lo que nos hemos dicho, y por lo que no nos hemos dicho; por lo que nos hemos manifestado sin tocarnos, y por lo que nos manifestamos con esos fugaces contactos de nuestras manos. Por eso te agradezco la oportunidad que me brindas cuando nos encontramos, la oportunidad de conocerme y de crecer, de vivir limitadamente, y de pensarme en la prohibición de nuestros deseos. Gracias por estar allí como me permito y te dejo que estés allí.

Te quiero sutil generadora de sueños imposibles, te admiro por la fuerza que tienes, y te respeto por lo que has logrado. Tu, tus verdes ojos, tus carnoso labios rosados, y tu sonrisa seductora han cautivado la atención de este solitario leopardo que se fija en las enredadas rutas de los comportamientos humanos. (Finguerling, 2013) 

Saludo a la melatonina extrañada



Hola hermosa, hola hermosa rosa que en estos momentos florece en los campos de otra tierra. Te saludo desde la distancia arraiga que en los últimos y relativamente esteros segundos extendidos que hemos construido para nuestro mutuo bienestar.

He decidido elaborar esta corta comunicación para manifestarle al mundo, pero sobre todo a ti lo que siento. Puede que ya la desazón que me dejo tu partida se haya sanado, puede que el dolor inarticulado que se genero por la fractura profunda de las razones que me diste para terminar nuestro contrato social, se encuentre sanado, como puede que en el fondo no sea así; eso en este momento de la existencia del mundo que nos rodea, tal vez no importe. El punto crucial es la manifestación de lo que ahora quiero revelar.

El extrañar se complejizo en el transcurrir del tiempo, se convirtió en momentos ínfimos de anhelación o de desprecio. Se integro parcialmente en las justificaciones fantasiosas de lo que en mi mente se construía gracias a tu ausencia, volviéndose en la herramienta, en el bastón que me ha servido para seguir caminando en mi mundo lleno de agujeros propiciados por tu interna presencia, que es sutilmente, tu externa ausencia.

Si, te extraño, te extraño como lo hacen los incautos caminantes erráticamente perdidos en el desierto en busca de un oasis lleno del liquido vital. Te extraño porque me encargue de creer, tal vez en vano, que tu estarías allí a mi lado por el resto de mi esencia vital dentro de este imperfecto pero hermoso mundo.

Puede que pienses que lo que extraño de ti es tu aroma, tu atrayente cabellera, tus seductoras expresiones, o quizá, tu eróticamente configurado cuerpo. No, eso no es lo que más extraño de ti. Lo que en mi presente extraño de tu ser, es la aceptación y sobre todo comprensión de mis dolores mas profundos; la inocente boga y cobijo de todo eso que te permití conocer de mi. Extraño, las caricias en los momentos que me mirabas cuando las lagrimas que corrían por mi rostro, me brindabas; extraño la confusa compañía que le dabas a ese corazón que me impulsa todos los días. Es así, es eso lo que me ha hecho falta desde el momento en el que decidiste irte en búsqueda de aquello que te pedía tu cuerpo y tu históricamente significativa esencia.

Ya no estas a mi lado, ya no te alimentas del abono que te puedo dar yo, como ya no te hidratas con los fluidos que desde lo que soy, te puedo brindar, te supliste en nuestro tiempo. Eso esta bien para lo que yo te prometí, y lo que en todo momento te cumplí.
Como te lo dije mas de una decena de veces: “yo no voy a se una tara para tu desarrollo”. No lo voy a ser, como espero nuca haberlo sido, un ancla en lo que tu has querido ser. Pero, en estos momentos intento conservarte a mi, y si quiero ser sincero, lo he hecho; te aferro a ese hermoso recuerdo de todo lo que imperfectamente vivimos juntos.

La razón de este defectivo comunicado es decirte, que no volveré a entregarle mis dolores y mi pasado mas profundo a aquellos sujetos como lo eres tu, eso que hace completamente parte de mi; eso que creía que seria un pilar dentro de una relación. Comprendí que lo mío es tan solo mío, y de absolutamente o afortunadamente, de nadie mas. Con todo el amor de la existencia gracias, muchas gracias por enseñarme que la fuerza y el coraje se debe encontrar en el amor, en ese amor que muy sabiamente en sus caminares filosóficos dijo un pensador del pasado cuando manifestó que: “tener a alguien que te ame profundamente te da fuerza, pero amar alguien profundamente te da coraje.”

Puede que te estés preguntando el porque de la melatonina extrañada, puede que tus vivencias actuales te permitan alejarte de eso, como puede que ni siquiera hayas comprendido lo que significó tu paso en mi vida. La melatonina en la que te convertiste y luego diluiste, era eso que en el pasado y en nuestro presente ya pasado, eso que desvanecientemente eres. Porque como el sol alimenta la producción de esa sustancia química que es fundamental en la vida de las plantas,  tu lo fuiste por lo que en ese en nuestro tiempo, para mi; tu fuiste mi errática pero hermosamente brindadora de vida.
En mi tiempo actual, y muy seguramente, en mi tiempo futuro, digiero y disfrutaré este amor, este amor que se muestra en mi conocimiento de lo que he vivido, no solo contigo, sino mas bien, en toda mi vida; por eso, me amo profundamente así como también se que amo  al mundo profundamente. (Finguerling, 2013)