En el momento que te vi, pensé que eras una mas de esas
mujeres a las que le brindaría un gramo de conocimiento, me imaginé que lo que
pasaría entre los dos seria tan solo una muestra de interacciones racionales y
mediadas por las responsabilidades y los deberes. En ese momento no se me
pasaba por la cabeza que las cosas entre los dos llegarían tan lejos y tan
profundo, no tenia ni idea que lo que se generaría entre ambos dentro de mi.
En lo que ha transcurrido desde el momento que nos
conocimos, las cosas han cambiado mucho, se han transformado en algo que
todavía, a pesar de mi conocimiento y de las experiencias que en mi se han enmarcado,
no puedo descifrar. Entre nosotros ha surgido un baile que compartimos sin
tocarnos, se ha gestado una dinámica que desde su mágica esencia me permite
revivir simbólicamente.
Es extraño y confuso, es enredado, pero sobre todo
atrayente. Lo que hemos creado mutuamente, se ha convertido en un juego erótico
de manifestaciones inconclusas y laberínticas. Nos encargamos de atraernos y de
mantenernos cerca por medio de códigos evidentes que se encuentran enmascarados
por las dinamias de los lugares que compartimos cunado nos vemos. Esos momentos
nos permiten deleitarnos de la presencia del otro, pero también nos aproximan
poco a poco a eso que deseamos tanto, mientras que sabemos que no puede
ocurrir.
Con tu coqueta presencia me permitiste revivir una historia
que yacía perdida en el océano de mis recuerdos. Con lo que recientemente hemos
hecho, se ha despertado una de las causas, una de las múltiples razones por las cuales he construido lo que soy hoy
en día. Tu llegada tímida pero furtivamente directa, me ha proporcionado la conexión
olvidada de mi primer amor; me transportaste a esas emociones que ya hace un
tiempo se encontraban sedadas por los analgésicos que gracias a mis últimos
desprendimientos se han producido en mi cerebro.
A tu lado siento como el latido se acelera y llega a cada
uno de los limites de mis extremidades, siento un calor inclemente, una energía
que sobre pasa cualquier efecto farmacológico que una droga puede llegar a
ejercer; es confuso que quiera seguir sintiendo eso mientras que sé la gravedad
de lo que está pasando. Es una locura lo que he podido traducir de eso que
siento cuando te pienso, lo que pienso cuando no te siento, y lo que me imagino
oníricamente a tu lado. Juntos somos una pareja armónica pero distante, somos
dos seres que en el fondo quieren estar en contacto, pero que sabemos que lo
nuestro se encuentra conjurado.
He logrado con
dificultad mirar esos preciosos ojos tuyos sin permitirle a mi cuerpo actuar y
acercarme a tus tan dulces labios. He escuchado tu vos concentrando mi mente en
los contenidos que con ella se revelan, esto, dejando de lado los sonidos
sensuales que entre líneas se cuelan dentro de tu discurso. He visto tu singularmente
atractivo cuerpo sin permitirle a mis manos desgarrar tus vestiduras para verlo
íntegramente como es en realidad. He logrado acercarme al limite del abismo que
implica tu proximidad sin sucumbir a mis mas profundos deseos, y lo he hecho
por ti; suena contradictorio pero es así, tu me das la oportunidad de sentir un
sinnúmero de sensaciones y de emociones que hace mucho tiempo no habría tenido
la posibilidad de sentir. Así mismo me recuerdas con eso que siento, que lo
tengo que encontrar en los brazos de una mujer mas parecida a lo que yo puedo
brindar, eso quiere decir que debo hallar a una mujer que también me pueda
brindar complementos que surjan de algo mas allá de lo consumado debajo de las
sabanas. Por esa razón te agradezco por lo que hemos vivido en lo que nos hemos
dicho, y por lo que no nos hemos dicho; por lo que nos hemos manifestado sin
tocarnos, y por lo que nos manifestamos con esos fugaces contactos de nuestras
manos. Por eso te agradezco la oportunidad que me brindas cuando nos
encontramos, la oportunidad de conocerme y de crecer, de vivir limitadamente, y
de pensarme en la prohibición de nuestros deseos. Gracias por estar allí como
me permito y te dejo que estés allí.
Te quiero sutil generadora de sueños imposibles, te admiro
por la fuerza que tienes, y te respeto por lo que has logrado. Tu, tus verdes
ojos, tus carnoso labios rosados, y tu sonrisa seductora han cautivado la atención
de este solitario leopardo que se fija en las enredadas rutas de los
comportamientos humanos. (Finguerling, 2013)
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