Hola hermosa, hola hermosa rosa que en estos momentos florece
en los campos de otra tierra. Te saludo desde la distancia arraiga que en los
últimos y relativamente esteros segundos extendidos que hemos construido para
nuestro mutuo bienestar.
He decidido elaborar esta corta comunicación para manifestarle
al mundo, pero sobre todo a ti lo que siento. Puede que ya la desazón que me
dejo tu partida se haya sanado, puede que el dolor inarticulado que se genero
por la fractura profunda de las razones que me diste para terminar nuestro
contrato social, se encuentre sanado, como puede que en el fondo no sea así;
eso en este momento de la existencia del mundo que nos rodea, tal vez no
importe. El punto crucial es la manifestación de lo que ahora quiero revelar.
El extrañar se complejizo en el transcurrir del tiempo, se
convirtió en momentos ínfimos de anhelación o de desprecio. Se integro
parcialmente en las justificaciones fantasiosas de lo que en mi mente se construía
gracias a tu ausencia, volviéndose en la herramienta, en el bastón que me ha
servido para seguir caminando en mi mundo lleno de agujeros propiciados por tu
interna presencia, que es sutilmente, tu externa ausencia.
Si, te extraño, te extraño como lo hacen los incautos caminantes
erráticamente perdidos en el desierto en busca de un oasis lleno del liquido
vital. Te extraño porque me encargue de creer, tal vez en vano, que tu estarías
allí a mi lado por el resto de mi esencia vital dentro de este imperfecto pero
hermoso mundo.
Puede que pienses que lo que extraño de ti es tu aroma, tu atrayente
cabellera, tus seductoras expresiones, o quizá, tu eróticamente configurado cuerpo.
No, eso no es lo que más extraño de ti. Lo que en mi presente extraño de tu
ser, es la aceptación y sobre todo comprensión de mis dolores mas profundos; la
inocente boga y cobijo de todo eso que te permití conocer de mi. Extraño, las caricias
en los momentos que me mirabas cuando las lagrimas que corrían por mi rostro,
me brindabas; extraño la confusa compañía que le dabas a ese corazón que me
impulsa todos los días. Es así, es eso lo que me ha hecho falta desde el
momento en el que decidiste irte en búsqueda de aquello que te pedía tu cuerpo
y tu históricamente significativa esencia.
Ya no estas a mi lado, ya no te alimentas del abono que te
puedo dar yo, como ya no te hidratas con los fluidos que desde lo que soy, te
puedo brindar, te supliste en nuestro tiempo. Eso esta bien para lo que yo te
prometí, y lo que en todo momento te cumplí.
Como te lo dije mas de una decena de veces: “yo no voy a se una tara para tu desarrollo”.
No lo voy a ser, como espero nuca haberlo sido, un ancla en lo que tu has
querido ser. Pero, en estos momentos intento conservarte a mi, y si quiero ser
sincero, lo he hecho; te aferro a ese hermoso recuerdo de todo lo que imperfectamente
vivimos juntos.
La razón de este defectivo comunicado es decirte, que no
volveré a entregarle mis dolores y mi pasado mas profundo a aquellos sujetos
como lo eres tu, eso que hace completamente parte de mi; eso que creía que
seria un pilar dentro de una relación. Comprendí que lo mío es tan solo mío, y
de absolutamente o afortunadamente, de nadie mas. Con todo el amor de la
existencia gracias, muchas gracias por enseñarme que la fuerza y el coraje se debe
encontrar en el amor, en ese amor que muy sabiamente en sus caminares
filosóficos dijo un pensador del pasado cuando manifestó que: “tener a alguien que te ame profundamente te
da fuerza, pero amar alguien profundamente te da coraje.”
Puede que te estés preguntando el porque de la melatonina
extrañada, puede que tus vivencias actuales te permitan alejarte de eso, como
puede que ni siquiera hayas comprendido lo que significó tu paso en mi vida. La
melatonina en la que te convertiste y luego diluiste, era eso que en el pasado
y en nuestro presente ya pasado, eso que desvanecientemente eres. Porque como
el sol alimenta la producción de esa sustancia química que es fundamental en la
vida de las plantas, tu lo fuiste por lo
que en ese en nuestro tiempo, para mi; tu fuiste mi errática pero hermosamente brindadora
de vida.
En mi tiempo actual, y muy seguramente, en mi tiempo futuro,
digiero y disfrutaré este amor, este amor que se muestra en mi conocimiento de
lo que he vivido, no solo contigo, sino mas bien, en toda mi vida; por eso, me
amo profundamente así como también se que amo al mundo profundamente. (Finguerling, 2013)
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