jueves, 18 de noviembre de 2010

El manifiesto inicial del carpintero de sueños como cuotas primarias de realidades caminantes



Era una mañana de junio cuando desperté sin darme cuenta siquiera de lo que me pasaría, no sabia como este día se desencadenaría, tan solo esperaba que el dolor que me traía la melancolía se desapareciera; pero no fue así. Me levante hoy como todos los otros días, sin mayores expectativas, queriendo que nada de lo que había dejado cuando me tendí en mi cama la noche anterior se hubiese esfumado, en eso, una persona muy querida por mi se acerco y me dijo
-Hola, buenos días, te despierto porque quiero mostrarte algo singular, algo que se que con tus problemas te puede ayudar; no tengas miedo, camina conmigo, y atrévete a sentir algo nuevo-
Yo pensé en ese momento que sus intenciones eran buenas, que pareciera como si me estuviese leyendo el pensamiento, como si mientras dormía, se hubiera metido en mi y hubiese sacado lo necesario para percibir mi sentimiento. Por lo que sin mayor demora salí de las cobijas de mi cama, tan cómoda y segura que me recordaba lo que se sentía estar en el vientre de mi madre, sin necesidades y sin hambre, tan solo allí. Entonces seguí a este peculiar ser de caminar esquivo y enredado,  y en el camino le dije.
-Espera, ¿a donde vamos? ¿a donde me llevas con tanto afán y cuidado?-
Volteando todo su cuerpo, me miro con ojos de ternura, sinceridad y melancolía; y me dijo.
-Espera tu, no te afanes, ten calma que así como el camino no es corto, tampoco lo será la tarea que en ese lugar te espera-
Eso me intrigo mucho, de modo tal que me le acerque lo mas rápido que pude y de su mano me aferré. Seguimos caminado por un buen tiempo; paresia que el día hubiera perdido la capacidad de andar al paso normal del tiempo. Caminamos y caminamos por senderos, callejones, calles, autopistas, avenidas y pasadizos que antes no existían; mi cuerpo ya no aguantaba mas, pero no era porque se encontrase cansado del trayecto; era mas bien, porque sabia que en él se cargaba un gran peso producto del pasado. Lo mas curioso es que nada mas me importaba, ni que estuviera lejos, ni que se preocuparan por mi en mi casa, ni siquiera que yo todavía me encontraba en mi piyama.
-Necesito descansar, vamos muy lejos y no hemos parado un solo segundo. Ya no puedo mas, de veras, mi cuerpo, así como mi mente se sienten cansadas de tanto andar.-
-No precisamente de andar conmigo, porque tu al igual que yo sabemos que no hace mucho emprendimos este camino, lo sabemos a pesar de habernos conocido con mucha profundidad, con claridad, con confianza, pero sobre todo con mucha intimidad.-
Me respondió sin mucho titubear, y del mismo modo apretó mi mano, halándome fuertemente, para que el camino pudiéramos continuar. Yo tampoco me rehúse, ya que algo dentro de mi me decía que este era un buen comienzo para mi propio camino recorrer. De repente, sin previo aviso, al girar por detrás de una roca agrietada, nos encontramos frente a una estructura rustica y rudimentaria, nada compleja en su fachada. Y en eso, como si en realidad mis piernas se encontraran encadenadas, me detuve y le dije.
-Yo allí no puedo entrar, mis piernas no se quieren mover mas, y por mas que trato y trato de avanzar, ni un centímetro mi cuerpo se ha de desplazar.-
También se detuvo, pero no precisamente por mi condición, porque lo que me expresaba era una gran satisfacción, satisfacción al encontrar esa vieja casa nuevamente: y yo lo sentía, porque su esencia se proyectaba complaciente. En eso, dando pequeños pasos hacia atrás se posó a mi lado, sentándose en el césped que se veía como si no lo cortaran hace ya mas de un par de años. Pasados unos breves minutos soltó una carcajada que se expandió tan lejos como si en realidad, nada tuviera la posibilidad de frenarla. Se levanto nuevamente, pero esta vez una molestia marcada invadía su presencia, movió su cabeza como negando lo que estaba pensando y me dijo.
-No es que tus piernas no se quieran mover mas, es tu mente la que no libera tu querer de bienestar, de todos modos no te preocupes, yo te ayudo en eso; por esta vez únicamente.-
-No te apresures tanto, yo se que puedo, y quiero seguir andando, por lo que…-
Pero justo antes de seguir con lo que estaba diciendo, tomo mi pequeño y frágil cuerpo, me alzó sobre sus brazos, comenzó a correr y de un intempestivo empujón abrió la puerta como si en realidad si no le bloqueará el paso. Era un casa con un solo cuarto, el cual se encontraba cubierto en polvo, pero debajo de todo ese cúmulo de evidencias del pasar del tiempo, se encontraban una serie de sabanas blancas que parecían estar cubriendo piezas realmente valiosas. Sin importarle mi impresión, de una cuerda que se hallaba en un extremo de la habitación, tiró, y todas estas sabanas cayeron al suelo; dándome la posibilidad de ver que era todo eso que se encontraba debajo de ellas, no fue que sirviera de a mucho, porque conocía muy poco de lo que en el techo, piso y paredes había.
-¿Qué es todo esto? ¿con que objetivo me has traído aquí? ¿qué se supone que tenga que hacer con todo esto?-
Le pregunte.
-Mira con detenimiento, y podrás ver de lo que se trata, tendrás la oportunidad de encontrar en todos estos instrumentos confuso e incomprensibles, lo que estas buscando.-
-Miro y miro, pero sigo sin entender, no se que se supone que con esto deba hacer.-
- Que impaciencia la tuya, ya te dije que todo esto tomaría algo de tiempo, deja de preguntar y ve a explorar.-
-Pero ¿si lo hago y daño algo?-
-No vas a dañar nada, todo lo que tienes en frente tiene como único propósito construir, ayudar, crear y recrear-
Accedí a su recomendación y como si fuera un infante de seis años, salí corriendo, agarre cuanta cosa se me cruzaba por la vista, y trate de usarla, pero no sabia en que, por lo que le dije con bastante molestia.
-Me has mentido, esto no sirve para nada, no se puede usar; si, son muy bonitas tus herramientas, pero no tienen uso alguno sin un producto que modificar.-
-Es asombrosa tu capacidad de observación y deducción, no pensé que fueras a descubrir esto tan pronto; pero ya que lo hiciste podemos empezar con la labor. Esto que tienes al frente no son mis herramientas, son las tuyas, son tuyas para hacer lo que quieras, como lo quieras y cuando lo quieras; ya sabes donde están, y es muy cierto que no sabes del todo bien como utilizarlas; pero eso lo dará el tiempo y el compromiso que tengas en usarlas, en pocas palabras todo dependerá de ti;  y si bien puedes recibir ayuda de quien te plazca para aprender a usarlas, eres tu quien puede en realidad sacarle provecho de su capacidad.-
Sentí como si mi corazón se detuviera con sus palabras, porque eran palabras que por la finura como las expresaba calaban en lo mas profundo de mis pensamientos; no sabia que decir, me sentía como se debe sentir cuando a un jugador de lotería le dieran la noticia de haberse ganado el premio mayor; fue algo increíble; entonces, sencillamente las palabras siguieron saliendo de su boca.
-En cuanto al material en el cual es posible utilizar estas herramientas, armas, artefactos, o como los quieras llamar; es tu propia vida, lo que fuiste, tanto lo que recuerdas como lo que no; lo que eres, lo que te gusta de ti y eso que tanto aborreces; esas cargas que no te querían permitir continuar con el camino, esas alegrías que te dan la fuerza para levantarte cada día; todo, todo eso que te conforma. He aquí tu material de trabajo, tu vida; esta se equipara a la madera para un carpintero, ya que al igual que este, tu tienes que deconstruir, escucha bien, no destruir, deconstruir de lo que antes se tenia para lograr hacer que encaje sutilmente, y que puedas lograr que tu vida sea eso que anhelas de verdad-
Tan impactado como desde el momento que desenvolvió las herramientas, tome un largo y profundo suspiro y le dije.
-Gracias, muchas gracias por mostrarme todo esto, por guiarme hasta este lugar, por creer en mi aun en los momento donde ni yo mismo creía en mi.-
-No hay nada que agradecer, yo tan solo te estoy heredando este conocimiento para que hagas de tu vida lo que quieres que esta sea.-
-Esto fue lo que me paso a mi, justo en el momento que menos me lo esperaba, y porque a mi me sirvió y me sirve mucho para tratar de construir mi vida como quiero que sea; es  que te estoy dando el mapa para que tu encuentres el camino a tu taller y puedas hacer de tus sueños la primera cuota de tus realidades. Te lo quise compartir a ti, mi querida confidente, compañera y de almas amante, porque siento; y tal vez llegue a equivocarme; que esto en tus manos tendrá un buen uso. Si te preguntas porque te entrego un mapa y no te llevo hasta donde ese taller se encuentra, tan solo te doy una pista, cuando llegues a ver la magia detrás de un árbol que fue talado a la mitad y que desde el lugar donde quedo renació, podrás ver que no te falta mucho por llegar. (Fingerling, 2010)

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