domingo, 24 de septiembre de 2023

Pedacito de cielo robado


 


En este pedacito de cielo que me ha sido heredado, he tenido la posibilidad de disfrutar de un sinnúmero de de amaneceres, de encuentro y de placeres. He podido compartir con mis seres consanguíneos los cambios de año y unas cuantas historias nocturnas, también me he permitido disfrutar de las buenas compañías de aquellas amistades que se han marcado en mi vida, pero esta historia no seria lo mismo sin la ultima travesía que tuve en aquel terreno paradisiaco que me recordó la importancia del poder gozar de todo el esfuerzo que implica mi trabajo. 

Para dar un contexto a esta historia tengo que remitirme al momento en el que se gestó. Era una tarde la "segunda feria" (como se diría en la lengua del país de la samba). Me encontraba atendiendo a los sujetos que me habían contratado para desentrañar las confusiones de sus temores y sus dudas. Sin pensarlo mucho, en la puerta de mi despacho se asomo una carta que se acompañaba del timbre característico que anunciaba una novedad. Hice una pausa entre caso y caso, me levante del sillón y cuando abrí esa misiva, solté una tenue sonrisa. Estaba escrito allí un saludo cordial que me preguntaba sobre mi bienestar. 

Pasaron un par de mensajes y por la alegría de los mismos, tomé la decisión de aceptar la invitación que en aquella carta estaba escrita; ir a descansar, a gozar y a retirar un aire diferente. Como no es mi costumbre, me implicó reorganizar mis labores y mis finanzas; lo hice completamente convencido de la decisión que estaba tomando. 

Sabia que éramos cuatro sujetos los que nos envarcariamos en este viaje de libertad, tranquilidad y disfrute; lo que no sabia era como seria todo eso. 

Cuando atracó el navio aereo me encontraba incomodo por la alta temperatura que esa tierra propia. No estoy acostumbrado a un nivel de calor terrenal alto; para mi era alto. Allí en ese puerto acero nos encontraos todos y tomamos un vehículo terrestre, el cual nos llevó hasta nuestra morada. en el camino, estaba pensando en un par de actividades que quería compartir con mis nuevos colegas de viaje; pero no me imaginaba la forma en la que tendría que cambiar de planes, así como tampoco el efecto que eso tendría en mi, o en ellos. Mucho cambió. 

Aceptando que no podría llevarlos a los lugares que había pensado, me dejé llevar por las circunstancias que implicaba la falta de responsabilidad de cuidado a la cual he estado acostumbrado. Parecía no ser muy diferente. Así pues, comenzamos a gozar de la brisa, el mar, las olas y los efectos del elixir que consumimos. 

Como ya lo mencioné, éramos cuatro sujetos en este paseo, pero no he expuesto quienes éramos. Ya deben saber que soy un detective, un investigador de las causa profundas de cada una de mis clinetes, pero ellos eran algo distinto aunque, en parte, podrían compartir, dos de ellos (mujeres) algo de esta labor. 

El primero, era un trovador de antaño, un hombre que siente en su olfato las tonalidades de las personas que lo torean, sabe y ha sabido como expresar con su palabra una resonancia cautivante que atrapa la atención de que lo escucha; acelerado, libre, que escucha para si y que presenta su experiencia con vivacidad y pasión; todo un gitano. Este particular sujeto sabe como vivir la vida libre de arrepentimientos, conoce, por la experticia que le da su edad, la simplicidad del día a día y se regocija y con toda razón. Ha debutado con aquellos héroes con los que ha compartido un poco de su historia. Fue él quien le dio a este reporte el nombre que tiene, por eso estaré agradecido siempre. 

Mis otras dos compañeras eran un par de ninfas bañas por dones que ni Zeus habría permitido que se escaparan del olimpo. Una de ellas, noble, sencible,  espontánea, firme, servidora, activa y gacetas. La otra, altiva, coqueta, cautivadora, decidida, despampanante y certera. No quedaría completa esaa descripción si no le haría honora a la hermosura que este par de semi diosas llevan consigo; pero no me malintrepten, no es solo esa hermosurafisica que sin esfuerzo ni mucho trabajo tienen, es por esa preciosa belleza que guardan, y explotan, de su corazón. 


LC 2


 Carta a una nueva y segunda LC. 24/09/23




 

Acabo de darme cuente que es la primera vez que te hago una carta querida LC. He sido consciente desde hace poco que las cartas que he escrito para ese seudónimo, para aquella mujer que representó la intención, fueran a ser una excusa con la cual desear resignificar el LC. 

Quizá lo que he escrito a ella, no llegue nuca. Lo le escribí a esa persona yace sepultado en las catacumbas de la forma de ser que tuve. 

Ahora te escribo a ti. Te escribo por la remoción de afecto que se liberó de las cosas que con mayor claridad vital pude decirte. 

Sin afán y sin miedo. Sin complicación y sin duda, te escribo. Te escribo con el amor respetuoso que enmarca tu actualidad maternal, terrenal y emocional. Te escribo con toda la tranquilidad que implica el sentir genuino que ha fundado el escucharnos, el vernos, el sentir y el olernos. 

Te pido disculpas por lo que a continuación se va a enmarcar en la tina virtual que actualmente se va a poder borrar. Hoy en día todo se puede borrar. 

La ultima vez que te pude apreciar cercanamente. La ultima vez que me acerqué a ti y me permitiste apreciar ti mirada sin medios, tu aroma furtivo, tu cuerpo cariñoso, tu temperatura cálida y baldía; mi corazón latía a todo tope, a lo que marcaba el sentimiento de confianza, seguridad y tristeza al mismo tiempo. 

En mi mente se atiborraban un sin numero de cosas. Tu me ayudaste a ver en ese momento, que aquel amor de mi pasado ya estebé en otro momento; y me ayudaste a ver que ese amor logró el objetivo por el cual estaba destinado para mi vida.  Tu me mostraste todo momento que lo que yo he sentido, ha valido, y vale la pena y el logro. 

Pero aun asa, mi corazón latía como si se fuera estallar, quizá por tanta emoción, por tanta limitación.

Esa madrugada, juntos los dos, fue demasiado corta, fue sencillamente, pero sutilmente, tan complaciente; que no pude hacer lo que mi corazón ferviente quería que hiciera.  Tal vez esa despedida no te hubiera alejado de mi, como agradezco que se haya alejado. Lo agradezco porque tu destino hoy en día, es para mi maravilloso. Lo es porque ha podido contemplar, con un ápice de culpa y resentimiento, que no sea a mi lado. 

Esa madrugada en el portal de tu casa, después de todo lo vivido, y un poco antes nos quedamos los dos solos, no cobijamos en la bonita manta de nuestras pablaras, nos desnudamos con la ropa puesta, nos sinceramos como lo hemos hecho desde hace... no tan poco tiempo atrás. 

Esa noche, tal vez madrugada me falto coraje. Coraje que hoy en día agradezco que me haya dilatado. O no, no lo se. Lo digo porque con cada muestra de tu vida evolucionada y confusa, me siento agradecido. 

Esa misma noche. Aquella noche en la que nos quedamos los dos, solo los dos, juntos, deleitándonos con las palabras que nos decíamos, como si estuviéramos seduciéndonos con la plena certeza que implica la amistad del corazón, yo fui frágil. 

Ahora agradezco y lamento no haber sido mas atrevido. Lo agradezco nuevamente porque ha podido apoyar tu vida, y lo lamento. Porque quisiera tener a mi lado a una, mujer tan maravillosa como lo eres tu. 

Por supuesto lo agradezco por las experiencias que en mi vida se han marcado… jajajaja. seguro te hace falta ver las marcas que ahora tengo. Un par de tatuajes, nada mas. 

Pero te digo, aceptando el riesgo que implica el develar aquel amor que siento por ti, que acepto la vida que tengo. Pero pospuesto, ate digo que me nectario ser la pareja, el novio, el padre de tu hijo; aun aceptando; porque se que lo puedo aceptar, que quieras desear y disfrutar de otros hombres. 

Ahora, tiempo después, sabiendo que nuestra vida se ha cumplido, parcial y lógicamente hablando, como nos ha tocado, solo te digo que agradezco y siempre agradeceré el haberte conocido. 

 

Ptd: si aun después de esta confesión sigues con la intención de estar en mi vida y ponerte en contacto conmigo, acá estaré.

 

Sin nada mas que decir… finguerling. 2023

viernes, 27 de agosto de 2021

Snake Eyes


Hace un par de centurias mientras me encontraba en el encanto que brinda el sonido de las olas llevadas por el viento para que acariciaran lo áspero de la arena, me dejé llevar por esa implacable sensación, y sin pensarlo siquiera me sumergí en el deseo de recuperar la fortaleza que algún tiempo atrás tenia. Quise demostrar que todavía se encontraba en mi la fuerza que tenia de joven. Me dejé llevar y con eso no solo perdí la cordura y la conciencia, perdí también mis ojos. Perdí esos ojos con los que podido ver y gestionar muchos de los casos que llegaron a mi despacho. 

La noche que llegó y trajo para mi una ventisca de redención, me hizo sentir vulnerable, frágil y baldio. No sabia que hacer, no podía ver, no podía pensar y lo que sentía no se podía configurar en una forma clara con la cual mi sentir podría ser algo que mis compañeros pudieran asimilar. 

Salieron de mis cavidades oculares lagrimas, las mismas lagrimas que en algún momento deje correr con esos ojos perdidos, cuando me enteré que ese último contrato había sido un engaño erráticamente montado. Aquellas lagrimas no eran de dolor, tampoco de tristeza, eran de decepción. Me equiboqué  y mucho. La perdida de mis ojos fue la señal que me mostró en forma de relámpago, que lo que he estado haciendo por mucho tiempo, debe caminar. 

Pasó el dolor, paró el llanto, el malestar se transformó y se configuró en lo que hoy en día se llama bienestar. 

Pero, no podía quedarme sin ojos, no podía dejar de ver la obra de Dios, no podía permitirme estar en la ausencia de luz y de oscuridad; no me iba a permitir volver a aceptar un nuevo contrato sin conocer las comisuras de los ojos de mi nueva misión, así como tampoco sin ver las linea que se forjan en sus labios o las curvas que ese cuerpo maduro se gestaron. Por eso mismo, entre arañazos y mordidas económicas regresé al templo que me brindó aquellos ojos que descuidadamente perdí. 

El científico que había comprendido las necesidades de mi ser me recibió con sorpresa y desencanto. Me preguntó: Mister Finguerling que lo trae de nuevo por acá? No fue suficiente nuestra labor para su empresa? Luego de unos cuantos segundos, con un sobre salto notó que no llevaba esos ojos que me habían diseñado allí. Una vez retomado el aliento, me dijo que entendía que estuviera de nuevo en ese sitio; miró las cicatrices que en mi ser se encontraban y con una sonrisa complaciente me dijo que todo se podría arreglar e incluso mejorar. Me posicionó en la camilla adaptada para las mediciones correspondientes y analizó los efectos que han tenido los años en mi, así como también las medidas necesarias para la creación de mis nuevos ojos. 

Terminado el procedimiento inicial, nostálgico y meditabundo me tumbé en un sillón que hace mucho tiempo no me reciba. Allí me acordé de las palabras que un colega me mostró. Unas palabras que un detective de la vida, así como lo soy yo, había escrito en el sigo de mil setecientos. El sabio Spinoza se refería a la deidad divina cuestionando las practicas mundanas que aquellos pseudo seguidores habían profesado. Aquel sabio de la razón puso como máxima que el Dios al que le debemos la vida, no tuvo nuca una intensión de limitarnos, constreñirnos, culparnos o hacernos seres de pecado, nos enseño que todo lo que somos se encuentra encaminado a permitirnos vivir, sentir, gozar, sufrir; pero sobre todo a elegir. 

La elección que hizo la "vieja esa" que me contrató por ultima vez, estuvo arraigada en la angustia que le implicaba el no poder desprenderse de su acuerdo corroído y putrefacto; ese acuerdo que se encargó de marchitar aquel jardín que, con mi vitalidad, tenia en su morada. 

Regresando al recinto de forja ocular,  y despertando de ese sueño diurno en el que me encontraba, se acercó una despampanante Cobra que con su mirada cautivadora y con los colores de sus escamas me cautivó a tal que me llevo hasta su morada. Sin notarlo departiendo palabras científicas. Entre esas misma palabras me dijo que se esforzara en hacerme unos nuevos ojos ya que nuestro encuentro le había agradado y alimentado su corazón. Así pues, con alegría y emoción me comentó que mis cavidades oculares eran un perfecto receptor para la nueva invención que había creado. 

Un dia me desperté, inhalé y sin estar completamente consciente de lo que estaba pasando, abrí mis ojos, mis nuevos ojos. Se sentía diferente, limpio, suave, tranquilo y colorido. En ese mismo instante llegó a mi despacho, en el que por supuesto duermo, una carta que decía "aquí tienes tus nuevos ojos, no son como los anteriores. Tienen una característica que puede servir para tu forma de vida. Son ojos de serpiente, ojos que ven con la vibración, con el aroma, y sobre todo con el corazón. Dudé mucho en a quien se los daría, pero cuando te vi supe que serias tu." 

Acostumbrándome a mis nuevos ojos, percibí travez de ellos que algo del pasado se acercaba, me los quité, o de pronto no lo tendría para ese momento, y me paralicé a tal punto que el tiempo pasó. Una vez mas llego la noche y con ella una carta que me envió la persona que me contrato, me dijo " hoy te vi". Yo no la vi aun cuando quise verla, pero en mi había lo nuevo, en mi estaban estos nuevos ojos. 

Con estos nuevos ojos pensé que la vería nuevamente, no fue así, no lo hice. al principio me culpé, me castigue y me mentí, pero luego comprendí que estos nuevos ojos, estos ojos de serpiente están conmigo para enseñarme como ver cuando un contrato que llega es un engaño, una treta, una loba disfrazada de cordera, o una gata disfrazada de coneja. Estos nuevos ojos, así como pesan, me han permitido entender como ver lo que aquellas personas que se aceran a mi despacho, son en realidad. Esos nuevos ojos me están permitiendo avanzar entre tantos laberintos, engaños y confusiones que la vida nos ha puesto a todos. 

Ahora estos nuevos ojos y la nueva marca que tiene el nombre "Cuidado" que tendré, me llevaran a aceptar casos diferentes. (Finguerling, 2021)

viernes, 20 de agosto de 2021

Corazón Hotelero... sin editar

 


Unas cuantas noches, tal vez mas de las que me hubiese gustado, pude comprender una muy sublime razón de aquella diplomática terminación de aquel ultimo contrato que procuré y acepté. 

La mañana de ese dia, me desperté mas temprano de lo acostumbrado para aquel año convulsionado y restringido para toda la humanidad. La noche anterior el sueño demoro en llegar, seguramente, por la emoción de volver a pisar el terreno que extrañaba, sin saberlo, tanto. Pasaron los minutos, las horas y los momentos con mucha fluidez; con aquella simplicidad que acelera el tiempo cuando en los momentos que llegan a tocar la esencia de cada uno de nosotros. 

Agotado por la nueva, pero vieja exigencia, que había tenido que vivir, me tumbé en mi despacho. No tuve la oportunidad de deleitarme de los caminos que Morfeo promete cada vez que nos entregamos a sus dominós. Prontamente recuperé la conciencia y me dispuse a acompañar y guiar el bienestar de un par de sujetos que me procuraron en ese momento, para su bienestar. Acabó el día, llegó la noche, se tardó mucho hasta llegar por encima de nosotros sea clara estela que permitía ver con libertad la gloria del universo. 

Perdí toda noción del tiempo inmerso en las voces, en los movimiento y en la prevención. Cuando me pude dar cuenta de mi movimiento, ya estaba rumbo a mi morada. Una vez allí, como he ilustrado parcialmente antes, me dispuse a hacer lo propio y dejar que el tiempo continuara con su curso. Ja, como si alguna vez lo hubiera podio detengo y regresar; menos mal no, pero con mucha frecuenta, ojalá y si. 

De vuelta con la maravilla de ese firmamento velado y despues de conversar con un par de almas que busqué para reconfortar el vacío que yacía en mi interior, pasó una estrella fugaz que con su luz me permitió recordar aquello que busque anestesiar, aquello que con incredulidad y esperanza efímera tuve que dejar. Me llevó a los últimos momentos de ese contrato, me mostró un detalle importante del mismo contrato. 

Pudiera ser que me sorprendiera, así como no lo hizo. Aquella inmensa bola de gas, que emite pequeña señal, por la distancia y por el egocentrismo humano, me mostró que ese contrato tenia una cláusula tacita, perceptible, pero fácilmente soluble. Me permitió ver que me embarqué en una empresa que aparentaba una tierra propia, pero que en el fondo había perdido los fundamentos para la edificación de la misma. Muchos esfuerzos después, me mostró que lo que se me decía estaba desdibujado, matizado de una forma ilusoria; casi como se le presentan los espejismos a los sedientos aventureros que se meten en los desiertos  áridos y que terminan viendo un oasis donde tan solo está una pequeña fuente de elixir vital, el destino que ya estaba escrito desde el principio. 

La luz de que astro fugaz, me caló en los pasajes del pasado. Me mostró que desde el principio de aquel contrato, lo que buscaba conmigo no era algo mas que una oportunidad de redención. Lo supe en ese comienzo, me lo negué; lo pude ver. Pero como esa la historia, decidí no hacer lo que me pedía por las condiciones que rodeaban esa petición. No acepté la forma de contrato que me manifestaba por la manera en la que lo había solicitado. 

Aquella mujer me había rastreado optativamente hablando, como lo hacen los sabuesos que busca una presa que sus amos les han enviado a conseguir. Pero yo no era ni una presa ni un objetivo. Fui tan solo un medio, una ficha de ajedrez que no fue diseñada para hacer parte de ese tipo de juegos, pero sabiéndolo, lo acepte. 

Me encontró, me mostró sus intenciones, pero como mi ética y mi formación e interioridades en mis venas, me lo muestran, tuve que echar ese tipo de ropuesta. Le manifesté con contunedencia que no podía acceder a sus intenciones. Esa manifestación le mostró que dentro de aquella comunicación habría algo más, una posibilidad de establecer un nuevo contrato. 

Ese nuevo contrato, que dese el principio planto limitaciones y taras, se llevó acabo. Me entregue en la posibilidad de entregarle a aquella pseudo garota mitad germana, la resolución de sus búsquedas internas.  

Pasaron los momentos, los logros, los conocimientos, los fiascos y los nuevos logros. Todo aprecio que pasó deprisa, así lo fue una vez que aquella reluciente manifestación universal se apareció para rebobinar toda aquella historia que viví en este contrato. Así fue como logré entender que ese contrato había terminado. Pero antes de llegar a eso es menester retomar el encuentro final entre aquella hermosa mujer que me contrato. 

En esa primera noche, en aquel cautivante momento de nuestro inicial encuentro se funda todo el fallo que destinó esta historia. 

Era una noche del ultimo mes de un año casual y causal. Se me acercó con el conocimiento encontrado en una medusa llena de serpientes que se han entramado en sus cabellos por un dolor grande que yace en su infancia. Esta medusa le dio la información necesaria a aquella mujer para acercarse a mi y entablar una conversación que despertara mi interés. Se acercó a mi mientras me encontraba en un estado de indefención, me platico ingenuamente que ya me había visto, me había escuchado y se había indignado con los comentarios y risas de otras personas que habían asistido al evento en el que me vio por primera vez. 



dentro de ese hotel nos hemos encontrado muchos, aun cuando no nos callaos visto, o tocado y aun cuando nos habremos tocado parcialmente hablando. tal vez sin saberlo o sabiéndolo, algunos nos hemos encontrados presos de la misma promesa apasionante que nos calo entre las entrañas con el simple pero sexual acto de sentir la alfombra tersa, movil y cautivante que representa estar saboreando y palmando las exuberancias de aquella habitación. Unos cuantos, que seguramente son mas de los que quisiera aceptar, hemos pasado con y sin dolor por allí. Pero la culpa recae en aquellos, o quizá en ese aquel que llego y se marchó antes de disfrutar o padecer lo que con sus actos generó. en ese que no puso las vigas clave, o si, para que fuera esta mujer tan linda y al mismo tiempo tan doliente, que sigue buscando que la acepten, la admiren, la vanaglorien y tan solo la reconozcan como lo que es, y no como una corrupta dependiente de quella mujer que la engendró. 




Ella sabe pero no comprende que es mucho as que su madre congénita, ella siente que no le debe nada al mundo, pero se cuestiona por las cadenas que ne su desencia se han marcado, ella sabe pero no sabe. Ella podría mostar, sin denostar, que es ella misma, que no le debería deber nada a nadie. pero su deuda interna la ata, la marca y la constriñe en culpa y en la carrera interminable de redimir los errores de sus antepasados. Es allí que se plantaron los primeros cimentos de ese corazón hotelero. es allí, Donde con el esfuerzo de alejarse dus rabies, se ha convertido en una forma evolucionado y no comprendida de lo que en sus venas corre. Por eso, y a pesar de eso, esèraria si como lo busqué mientras me hospedaba intentando alojarme de forma permante, que se pueda desprender. Ojalá, logre sentirse libre de su dictaminado pasado, pasado que con su vida y su experiencia ha superado. Ella no es us madre, no es su padre y tampoco no es el padre de su familiar.

Si lo logra, será mucho mas que todo eso, será una versión mejorada de esa mujer que admira y busca emular, y lo logra. Esa mujer así como ella, está amarrada a un pasado aparentemente libre, ^Pero en realidad, se encuentra tan presa como ella de sus temores y de sus libertades, las dos; y lo digo con cariño y con amor, se encuentran presas de sus miedos a la libertad y al compromiso. Porque donde hay libertad es porque el compromiso no es una limitación. 

Estaba allí preso, amarrado a ese contrato que prometía un desenlaceaparentemente eterno. Pero era tan efímero y fugas, pero apasionado y prometedor, que me nubla, nuevamente la pericia sensitiva que tanto me ha caracterizado entre mis colegas; así como tanto la han criticado. 


ese corazón hotelero me mostró que yo tan solo estaba allí como un huésped, me mostró que esas maravillas de su morada no se encontraban disponibles para ser habitadas, tan solo para ser engañadas con los elxilers que se ofrecían alli mientras absorbían los nutrientes emocionales de aquellos que valerosamente nos permitimos dejar nuestros esfuerzo en ese lugar. 

Pero el camino


Ella pensó y sintió que me estaba invitando a una vivienda con cimientos, a una morada en la cual yo también podría hacer parte, pero se equivocó. Se equivocó mas para ella que para mi, y lo hizo , porque estaba haciendo un esfuerzo monumental para que yo pudiera no ser el dueño de ese hotel, no el gerente de sus sentimientos y no el centro de sus emociones; se equivocó al pensar que tenia un terreno habitable con otros, no se permitió interioridad los dolores y los placeres que implicaron el dejar de construir en un terreno fértil para una morada. Se equivocó al penar que sin superar esos dolores internos del pasado podría edificar un hogar distinto a aquel en le que le tocó nacer, vivir y del cual transitando entre tierras de diferentes culturas, cree que está buscando edificar. 

Ojalá logre filtar, procesar, absorver y detilar todas acqueas impurezas que llevaron a que su corazón se creyera tan asocialmente insuficiente, como para permitirse alcanzar eso que su corazón, que en su fuente no es hotelero, esta latiendo para ser. Ojalá que logre poner una semilla lo suficientemente fuerte en su corazón, nuevamente, que le permita descansar en paz de esa lucha incansable de mostrarse más (Finguerling, 2020). 


martes, 29 de diciembre de 2020

La hermosura del dolor


  ¿Que seria del dolor sin el amor? ?¿Que seria de la dicha sin la ausencia de la misma? ¿que seria de la pasión sin la frigidez?

Seria todo lo mismo, seria una cosa plana sin curvas y sin riesgos, seria como esa poca cosa. En una forma figurada, seria marea sin olas, o como estar en un desierto sin viento; seria como sentirse solo sin/con compañía. Seria como tener oscuridad sin luz. Eso seria. 

Todo lo que es, y es porque también tiene un contrario. Es por que también tiene la oportunidad de no ser. Es eso que esta aun cuando lo nos tenemos seguro de mantener. Es eso que procuramos todo el tiempo que se mangan mientras el estar temerosos por el si se desaparece. Es eso y solo eso, porque si deja de ser eso que es, nos vamos desaparecer en el mismo momento, y es eso; es el deseo y el miedo de desaparernos.

Pero que será de nosotros si nos vemos desparecidos? No lo sabremos porque ya estaremos desparecidos. Eso será lo que nos habrá pasado. Es que todo se reduce al  pasado. Nos hemos vuelto un pasado, un pasado de los aquellos que nos han dejado en ese lucido agujero negro al que nada se le escapa, ni siquiera la luz. Hemos sido parte de su pasado, y ese pasado ya parece luz ausente de si misma. Estamos destinados a perder toda nuestra luminosa esencia, tal y como lo hace la luz que se acerca al agujero negro del vacío psíquico, cada vez que nos acercamos a un ser que no nos permite brillar, aun cuando tengamos claro que el brillar depende de cada ser, y por lo mismo, no haremos algo distinto a fomentar el brillo de ese mismo ser al que nos hamos acercado. 

No puede haber amor sin dolor, no puede haber sensación de dicha antes de que se ausente la misma. No podría haber pasión sin deseo de obtenerla, es decir sin la imposibilidad de conseguirla. 

Entonces: ¿Qué somos sin la posibilidad de no ser? La respuesta es tan simple como lo es la ausencia de la respuesta. Cómo seremos una oportunidad de ser o de no ser, esa es la respuesta. Seremos la única posibilidad de existir. Esto pareciera a la respuesta de la curación de la subsistencia mamífera en si misma; siendo la especie dominante de planeta que ha cobrado como Tierra su territorio nato, somos tan solo una ínfima parte de ella. Somos aquellos que contra toda barrera y resistencia, logramos estar entre los privilegiados evolucionado para hacer que aquellos que nos procrearon, con placer o no, pudieran estar en paz con la responsabilidad que en nuestra especie se la maraca con la que se mueve el mundo. Pero la alucinación de nuestro propio poder nos ha segado hasta tal punto de creer que somos dueños de algo que se esta riendo por encima de nosotros. La Tierra, un planeta no es algo gobernable, tan solo es un terreno hermoso y fértil que ha subsidio sin el daño que nosotros mismos mismos le hemos causado, y a pesar de muchos, seguirá existiendo aun cuando hayamos desaparecido. 

Eso somos, esto es lo que somos y lo que seremos. Una completa dualidad, una completa ecuación simple: uno mas, menos uno. No hay calor sin frío, no hay ganancia sin perdida, no hay potencia sin acción. No hay la ausencia de lo mismo sin el calor de lo diferente. 

No hay uno sin dos. En resumidas cuentas, todos somos porque estamos con aquellos que nos hacen sentido, que nos dan sentido y que en sus palabras no hacen ser un sentido de aquello que somos. 

Por aquellos que nos dan un nombre, un sentido y un significado, somos lo que somos, aun cuando podamos estar en este pedazo de esencia terrenal, no somos nada si no tenemos algo o alguien que nos nombre como algo. Sin eso seremos fantasmas que solo existirán en la mente de aquellos que no se atreven a nombrarnos. Por eso y sin queja o deuda, somos el complemento de lo que tememos en nuestra mente y lo que esos otros tienen en su mente de aquello que consideran que somos nosotros. 

Seguramente eso no pasara hasta el momento que decidan nombrarnos, y si eso no pasa, nuestra buena labor quedara enclaustra en esas mente cobardes que no se dieron o no quisieron nombrarnos. 

Allí es donde el dolor nos recuerda que hemos existido. Ese sentimiento puro, limpio, pero juzgado por la sociedad; nos muestra que debemos seguir luchando por ser nombrados, por ser recordados y también olvidados. No hay olvido sin recuerdo previo. 

Por eso es que el amor no sobrevive, el amor no se puede mantener solo, solo se puede mantener en aquellos que lo mantienen, el amor existirá si los hablantes y los sintieses se permiten expresar con libertad y con intención, ese amor. Cuando eso deja de pasar, el amor muere; o puede que no muera, puede que se transforme. Se transformará en aquello que sigue siendo hablado o en lo que no se habla y se marca en el cuerpo. 

Hoy en día, el amor, así como el deseo, se encuentran mediados por la sociedad, por esta sociedad consumista que dictamina como se debe desear y como se debe amar. Pero esta en eso un error muy mundano. ese error esta en que se limita a una par de vectores, un par de simples  vectores, destinados a la largura o a la voluntad, y al vector complaciente de la ausencia de libertad. Pero se equivoca. 

Ya no hay vectores lo suficientemente largos o  suficientemente anchos, como para complacer los deseos de una cosa infinitamente mas amorfa. Ustedes pueden tener sus cuerpos preparados para todo lo que les dice ese destino marcado por el capital, peor les aseguro que la eternidad que no los va preparar par lo magnificente que implica el cuerpo emocional, no les va a alcanzar. Ese cuerpo que desea lo que ama, lo aspira, lo siente; no solo ve, puede que le duela, o lo quiera, o quizá lo pueda percibir con lo que sus manos escuchan y con lo que su olfato saboree, o de pronto con lo que su piel pueda ser capaz de escuchar. 

Hoy en dia, un hombre sin brazos fornidos, sin ambonmen marcado, sin perfumes lujosos que lo adornen estar destinado a deaparcer. Así como una mujer con estrías, con pelos relucientes, con nalgas llenas de celulitis o con senos dispares, estarían destinados a extinguirse. No estoy hablando de las tendencias económicas ni sociales del comercializamos sexual. Estoy hablando de una cosa mucho mas básica. Ese pequeño ser que se llama instinto y de ese otro neonato infante que se llama cuidado. 

¿porque sera que los cánones de belleza no nos han gobernado? Jajajajajajajjajaa. es porque el instinto es mas inteligente que la tan gobernante economía, es porque el instinto sobrevive por si mismo. Porque sobrevive a pesar de la sociedad y aun cuando parezca que ha de desaparecer, se va a levantar sutilmente dentro de cada uno de los seres humanos incautos que quieren y pretenden evitarlo. Pero mientras que la sociedad se encargue de tratar de desaparecerlo, ese pequeño ser, en comalia del segundo, van a seguir existiendo en contra de la corriente dolorosa del inmediatismo actual. Por eso son hermosos, porque tanto el cuidado como el dolor van a seguir manteniendo, siempre y cuando se mantengan juntos, la construcción vital del sentimiento puro, libre y simple. (Finguerling ....)


domingo, 11 de octubre de 2020

Confesiones de un ángel caído




Se ha escuchando muchas veces que los ángeles son seres inmutables y pacientes que tienen dentro de ellos la capacidad de ser ausentes de los deseos y las emociones humanas, pero alguna vez se le ha preguntado a algún ángel desterrado, si mantiene esa capacidad ni virtuosa de ser aséptico a las emociones?

Con esa pregunta me llego al despacho joven sujeto. Se encontraba pasivamente angustiado por la novedad de encontrase allí conmigo. Él estaba bien vestido, aromático, como seguramente acostumbraba para sus asuntos importantes. Yo le di la indicación de que siguiera y reposara en su presencia en un modesto asiento que teniadestinado frente a una pequeña mesa de centro que había heredado de unos enamorados europeos que tuve el placer de conocer años atrás. Luego me dispuse a sentarme en una como poltrona que tenia, un asiento roido por la edad y por desmanes de las mascotas que alguna vez pasaron por esta ovación. 

Una vez estábamos los dos dispuestos para la conversaron me dijo: -Señor, usted se ha sentido preso de su propia incertidumbre?-. Yo sin tener muy claro el motivo de la pregunta decidí responde a tan particular pregunta con un roce de mi rostro y una expresión curiosa: -Posiblemente si, pero no estoy seguro a lo que se refiere usted-. Él espero un poco, tenia su mano derecha empuñada en el brazo de la silla en la que se encontraba, era par mi difícil no notar ese acto particular. 

Después de tratar de acomodar su cabellera y de mirar su muñeca izquierda en la que se acomodaba sutilmente un cronometro lujoso, me dijo: - Un ángel caído no solo ha perdido sus alas, también ha encontrado un diamante desterrado de los dioses, una joya preciosa que ni ellos e alcanzan a imaginar. Esos dioses aparentemente magníficos no tienen idea alguna del valor de lo que han dejado de sentir.-

En ese particularmente, sin pensarlo ni quererlo, pude sentir como mis dos órganos lares se revistieron del liquido que los lubrica y me permite ver con atino. Me sorprendió el darme cuenta de tan peculiar comportamiento involuntario de mi cuerpo, por lo mismo, me dispuse a ofrecerle a mi estético compañero un trago del néctar mas costoso que tenia a mi disposición. No escatimé en la propuesta, no sabia la razón por la que mis glándulas gustativas se encontraban deseosas de eses tan particular y fuer compuesto hetilico. Él acepto sin mucho titubear, pero tampoco, sin dejar de apretar el noble pedazo de madera bañado en brillo que se encontraba debajo de su mano derecha. 

Una vez me encontraba nuevamente en mi lugar de escucha, ese impertinente sujeto comenzó a hablar: -Claro, usted debe ser un simple mortal, no podía espera nada mas de usted.- 

En ese momento no sabia si sentirme ofendido o apagado, no tenía claro como entender esa manifestación que provenía de este sujeto. Poco despues le pregunte al o que se refería, y me dispuse a tocar con mis labios y boca un pequeño sorbo de ese néctar que, aunque me doliera un poco compartir con aquel sujeto, se sentía como una gota de goce.

Sin respuesta alguna me dijo que tenia que continuar con esa historia, aquella narración que tn solo sentia como un caso valdio proviene de un sujeto confunddo que había acudido a mi por la complejidad de su angustia interna. Que ecuiboado me encontraba yo en ese momento. 

Sin esperar mucho me disparó una pregunta certera:-¿usted alguna vez ha tenido alas?-.

Que pregunta tan fanteosa y tan irrelevante. Para los dos aparentemente, era fácil de responder. Ni él ni yo ,hemos tenido alas. Qué equivocado, puede así que sea, me encontraba. 

Este sujeto que se propuso a llamar Lilith me dijo que si había tenido alas alguna vez en su pasado. 

Lo tomé como un desatado mental y me dispuse a despacharlo de mi morada labora. Antes de mis movimiento me pidió que lo escuadra. Me dijo que lo que me tenía que compartir era  tan valioso como lo puede ser una fortuna heredada de un disco que nunca ha sentido la preciosa ganancia de obtener los privilegios por medio de su esfuerzo y su tiempo. 

Eso me llevo a pensar que tenia que atesorar la inversión cronometrada y lujosa que había hecho. No me olvidaba del costo emocional que me implicó el licor que sin pensar le compra. 

Así sin mas me dijo: - He caído, me han rechazado por vez primera en el cielo de los dioses. He caído pero no me han enseñado a caer, no me han dicho lo que tengo que hacer, ni para estar allá donde están ellos, ni para estar entre los que no son como ellos.-.

Que contradicción tan grande puede ser lo que me esta manifestado. No ser, o tratar de ser sin ser. Que difícil puede que sea el sentir de una desolación terrenal y emocional, no se cual acarrea mas dificultad. 

Ya cautivo por su relato me dispuse a tomar un sorbo largo de ese elixir que me siempre me ha ayudado a remover cada uno de los casos complejos que me han rosado. Supe que no se traba de cualquier cosa. Entendí a trancas y a mochas que ese sujeto había buscado la manera de recuperar su alas, y aun así, no había encontrado. Puede que en su búsqueda no las pueda encontrar jamas. Pero eso, no me correspondía hacer por él, ni por nadie. 

Tuve el ingenuo atrevimiento de preguntarle:- ¿Qué fue lo que pasó?- Ah magnifico error. 

Sin mucho movimiento alzó su cabeza y con una tímida sonrisa me miro y me dijo que lo que le había pasado no era nada nuevo para los sujetos que se encontraban en esta sociedad y que estaba destinados a aceptar las incongruencias de sus actos. (Finguerling. 20??)

¡Has Muerto!








Si, he muerto un sin numero de veces, no te puedes imaginar cuantas, tu me has matado mas de las que tu crees, pero estoy muero como aun estoy vivo. Me mataras un par de veces más. Me mataste una vez mas. Me gustaría que me mataras hasta el momento que no tuviese más vidas a las que pudieras matar.

Puede que no esa este nuestro final, pero por eso mismo te sigo escribiendo, por eso mismo puede que me sigas leyendo. Así no lo sea, tengo claro que entre tu y yo se labra un lazo conductor mas fuerte que lo que pueden ser los cordones umbilicales que mantienen la vida de un feto mientras su madre lo alimenta sin saber. Por eso mismo, es que entre los dos se encuentra una sustancia tan entera que ni siquiera las palabras o los restos diurnos pueden intentar de soñar, y por ende significar.

Yo mori para todo lo que tu has significado como tu pareja de amor; tu me mataste en tus entrañas, en tus efímeros decesos de un placer viril. Me mataste por esa rabia encarnada en los celos que el cántico del grotesco fango, que se alimentaba con cada una de las manifestaciones que sin aceptar, ni yo de entender, tu tenias con él.

Eso fue lo nos separó, y lo que nos tiene apartados. Tu vida no resuelta al lado del traidor   “confundido”; del traidor que no se es permitido ser nombrado, fue lo que lo que sin cuartel nos separó. Pero sabemos que él sin nombre explícito, pero que enmarca el sustantivo de crimen, generó  como lo podrá ser para su vida, el nombre del castigo.

Un a vez acepatada la culpa, el remordimiento, y la gloria de tener a un Dios a tu lado, entendiste como es el sentir que ese Dios no es tan prefecto como tu te lo imaginabas; es saber y saborear amargamente lo que implica deshumanizara la esencia del ser que no se an encargado de sentir como el máximo, de lograr querer que con cada una de esas palabras, que con cada una de esas palabras que me has dicho, me has mostrado la humanidad integra de su esencia, me ha manifestado la hermosura tortuosa de su ser. Me ha comprobado que con el aroma del engaño se esconde el aromático sentimiento olfatorio del dolor, se puede experimentar.

Pero que cuantos de nosotros podemos sorprender la maravilla de eso? Por cuanta hipocreisas tendremos que pasar para lograr entender como es que siente ser humano? Por cual numero de circunstancias, fugaces es que cada uno de los ángeles que henos decidido aventuramos en este corrupto mundo tendremos que adolecer  para sentir que que no hace falta el cielo para sentir el amor… No lo se, nunca lo he sabido, ni siguiera me lo puedo imaginar.

O que si le puedo decir a este hermoso e inpefecot muno es que, nada es lo que aparantesa ser, nucna se confiesn de la marabvilla, n o se fien y no crean de las sonrizas, no acepenten los regalos sin sentido, no se vuelvan, no se desenmascaern con una mirada, no pierdan su esnecia por la hermosura delas curvas aromaricas de una mujer. Y sobre todo unnca dejen de forjarse en su cuerpo y su esencia por la esperanza que se gesta en el conocimiento de un ser que promente no con palabras dsino con actos, eso que ustedes anhelan lograr ser. Nunca se permitani, como tampo te permitas, dejar de viuvir, como se que on lo has hecho, tu yg su vida… No dejens, y no dejes de tocxar ese órgano que con cada una de sus tonalidades logra manifestar articualdfamente, la maravilla del sentioento de aquel que lo loca.  (fnguerling, 2013)  

Entre la presa y el carcelro




"¿Sabes si yo estoy enamorado de ti, y tu estas enamorada de mi? o ¿sencillamente es la puta mierda que nos lleva a sentir, el hecho de estar encerrados en ese lugar?

Con esa viceral pregunta abrí la definitiva conversación que tuve con aquella presa que se había encargado de hacer de mi un pobre carcelero preso de sus frustraciones. Pero para llegar a ese punto tuvo que pasar un cumulo de situaciones que no han sido vaciles de procesar.



y todo termino con su respuesta manifestada en la ausencia de sus palabras. Con ese silencio que me quería decir: "estuve enamorada de ti, y quizá tu sigas enamorado de mi, pero lo nuestro no va a poder ser; y no lo hará porque yo ya me he ido de esta prisión. De esta nuestra prisión que construimos con las fantasías que alimentaron nuestra pasión. Esta prisión en la que ahora tan solo tu vives." (Finguerling, 2018)








La vision distorcionada


Una hermosa noche fatídica, en la que se inmortalizaba la partida de la finalización del ultimo caso que he podido asumir, pude ver con poca claridad la ausencia del foco con la que estaba asumiendo ese contrato.

Para ese momento no sabia como poner mis emociones y mis acciones juntas, no sabia como estar armado, pero tenia claro que era mi labor estarlo. Así como lo hice durante las horas presentes.

Sin permitirme el tramar una sola lagrima antes, me puse en el trabajo sincero de mostrarle a ella, el nuevo amor de mi vida, que la quería tanto como para aceptar que su presencia corporal no iba ser tan fuerte, como para permitir que lo había sentido se disolviera. Pero lo hice.

Así fue como llegue a su encuentro. Mi corazón palpitaba intermitentemente, no se apaciguaba con la realidad, pero tampoco se aceleraba con la imagen de su presencia. Fue extraño, fue confuso y poco claro. Quise besarla y lo hice, no recibí el monto energético que esperaba encontrar, no fue feo tampoco; tan solo fue. Ya una vez envarados en el vehículo que nos llevaría al ultimo destino juntos, comprendí que su pensamiento estaba en un lugar muy lejano a aquel se encontraba el mío.

Como lo tenia planeado, le vendé sus maravillosos ojos después de preguntarle nuevamente si confiaba en mi. Ella accedió y no puso mayor resistencia, no era para menos, ya se había dado cuenta que mi presencia no representaría un riesgo; de lo que no se había dado cuenta era que su ausencia para mi representaría un dolor visceral.

Ah, malevolo momento en el que nos despertó mi dolor, esa maldita ausencia de su contacto y de su voz retumbo tan fuertemente que causo una fractura en nuestra relación. Ya era demasiado tarde para echar atrás y tratar de decir y pedir lo que no se dijo y lo que no se hizo, era poco efectivo que el cariño mutuo fuera más fuerte que la zozobra de la distancia que se aproximaba inclemente, y, con la prisa que mataba a los emisarios de la esperanza.

Ella se despertó, me miró y me pregunto que esperan de ella, no supe que decir. Yo tan solo quería que me abrazara y me dijera que no me queda perder. Eso no pasó, me reclamó por la falta de comprensión que tenia con ella, me dijo que si no me había dado cuenta que la había estando llorando entre las paredes. Que triste fue ver que había llorado mucho por la ausencia de los tres y no tanto por la mía.

Lamento mucho haberme comportado tan irracional como lo hice, me arrepiento que muestras ultimas horas estuviesen marcadas por tanta acidez y por tan poca dulzura. Retumban en mi esas palabras que medio cuando en el portal de su morada me expreso: "te desconozco". Me hubiese gustado mucho que fueran palabras de cariño y amor, palabras que hubiesen estado acompañadas de lagrimas significantes. No fue así. Ella me mostró muchas lagrimas desencadenadas por la perdida de aquellos ajenos a mi, que fueron importantes en su transito por estas gloriosas y sufridas tierras, pero nunca lo hizo; nunca me mostró el dolor que le ha podio representar mi perdida. Eso no me ha dejado de doler.

Puede que la distorsión en la visión no fuese producto de ver con poca claridad gracias a no tener los lentes que me habían permitido contemplar la realidad de las circunstancias que atraviesan mi vida.
Así fue la historia, eso fue lo que pasó, esa hermosa y fatídica noche en la que perdí ese maravilloso nuevo y fugaz amor de mi vida.Esa fue la noche y el amanecer que todo terminó con ella. (Finguerling. 2018)



viernes, 7 de septiembre de 2018

Cristiana lejana y cercana crucifijo lunar






Dentro de la ridícula expresión errática del sentimiento vanagloriado de la humanidad se presentó esa nota sagrada que hace vibrar los nervios del Dios mas concreto y rígido que alguna vez pudo existir.

En ese infimo momento mortal que con todo lo siguiente se transformo en un recuerdo calcinante que acaba con aaa ápice del sentimiento terrenal, partio ella hacia su tierra laberíntica y errática.

Aquel deidad se vio preso del dolor, no pudo aportar la perdida que le implicaba la ausencia de esa gaviota que lo había tocado por un corto lapso de su inmortal vida sentimental. Él trato recomponerse, buscó resarcir su existencia y retomar las practicas saludables que lo llevaron a poder acariciar con amabilidad y sin rencor, las botas de los titanes que han sustentado la comprensión de la magnifica luz que promueve el conocimiento de la especie dominante de este planeta.

se despojo de su calidad de deidad, lo hizo con la humilde intención de conocer como viven los mortales.En ese momento pensó: -dichosos los mortales, porque pueden morir en su dolor o en su gloria, pero pueden morir. - Ese pensamiento que no le daría mayor respuesta le sirvió de bastión para seguir avanzando en su cruzada interna, le permitió comprender la tan simple enseñanza de la temporalidad.

Tumbado en el desierto de sus pensamientos y de la ausencia de sus sentimientos logró recapacitar, recolectarse con lo que tenia que hacer. Se levantó y logró ponerse mediante de pie.

Ese deidad se encontraba lacerado, lastimado y sin la fuerza majestuosa que antes le permitía luchar contra viento y marea. Se dio cuenta que estaba solo, y solo tendría que completar su misión.

En ese punto se preguntó: -¿cual es mi misión?- Con las primeras lagrimas, desde hace muchas censuras, en sus ojos, se vio desvalido, se sintió ausente de sus poderes. Eso lo hizo y lo hará marcar en su piel emocional, atreverse a retratar el recuerdo de aquella flor extranjera que le procuro la idea de sentirse mortal.

Siguió caminando, soñando o tal vez alucinando. Se dejó morir en ese intento de recuperar a esa sensación casi sublime que le propicio la compañía de esa gacela pasajera. en ese momento se pregunto el porque de la fuerza que le implicó la llegada de ella. La respuesta no se demoro en llegar, era simple, sencilla y tranquilamente amorosa. Le permitió sentirse nuevamente libre y comprendido; le implicó el permitirse confesarte, desudarse ante la corte de los supremos, le dio la potestad de mostrarse vulnerable. Sobre todo le permito mostrar lo mejor de su ser.

En eso, en el caminar incansable, se dio cuenta que su corazón se encontraba preso; estaba condenado por las cadenas de su decisión. Estaban tanto él como su corazón encerrado en la melancolía de su búsqueda.

Fue allí, en ese mismo instante que se permitió mirar para arriba. Que tan agradable sorpresa la que se llevó cuando vio ese astro que elpiticamente circundaba la tierra por la que estaba transitando.

Se tumbo nuevamente en las arenas sutiles y cómodas que yacían bajo sus pies, se dejo caer y pensar que se hizo persa del abuso de la novedad, y menos mal. Esto lo llevo a comprender que  esa creyente del cristo llegó a su vida para mostrarle que la vida no es una suma de momentos, sino más bien, es el poder comprender como el dolor que se siente es la esencia necesaria con la que se alcanza a la luna.

Ese deidad no volvera a ser aquel Dios, no recuperará sus facultades limpias de la corrupción emocional que gestó a la humanidad. Será parte de ella, Lo hará con orgullo y con dolor, porque seguirá tendiendo esperanza, amor y también un roto corazón; porque confiará en la confección de aquellos que fisgaran sacar lo mejor de él.

Y en eso, tratando de hacer una confección ante sus patriarcales dioces hizo una confección errática: -yo voy a hacer lo mejor que pueda para alcanzar a esa representación humana y lejana del amor lunar que pude sentir con esa emisaria Cristiana que estuvo tan cerca de mi como lo está tan lejos de la luna.- (Finguerling 2018)

jueves, 5 de julio de 2018

Del Dolor de Patria, de de Contine y De Mundo



Me encontraba celebrando en un honomastico mas de la mujer que me permitió estar entre todos ustedes, cuando de repente me ataco el simple acto de comunicarme nuevamente con mis colegas de afecto y profesión. Joder!, que sorpresa tan grande la que me lleve al escucharlos acongojados, nostálgicos y angustiados por las vicisitudes que les ha propiciado la fortuita vida. En sus voces pude notar la desesperación que llega con la impotencia del saber que no hay mucho que con sus actos puedan lograr para cambiar el destino de sus allegados.

Los escuche mientras me dispuse a ingerir las medicinas que sin receta me han llevado a la posibilidad de interpretar al mundo de la manera escueta pero acertada que se ha vuelto mi herramienta fundamental de vida. Todos tres estaban confundidos, erráticos, molestos y dolidos. Sus palabras reflejaban la flaca de integridad que yacía en sus seres. Cada uno de ellos se debatía entre la necesidad de continuar con su vida y la desazón que sus dolores le implicaba. Joder! que momento tan difícil el que estaban pasando.

Con mis palabras tan solo buscaba reconfortar sus dolientes almas y mostrarles que mi impotencia era tan grande como las ellas mismas, pero todo esto mientras les manifestaba el deseo de poder apoyarlos con lo que en mi habita; esa virtud heroica que me complementa al mismo tiempo que me limita.

Una vez terminada cada una de esas erráticas comunicaciones, no tuve un mejor destino que el de encontrarme con una nueva tragedia. joder! Una más global y masiva; una desafortunada realidad que ha acompañado a la humanidad y que por la forma en la que he destinado mi vida no me había permitido contemplar.

Me quedé con el dolor, el desgarro gutural que enmarca la intención continua de tratar de toser para erradicar a un malestar que no quiere, y que no saldrá fácilmente de nuestro ser.

En ese mismo instante, una palabra que hacia tiempo había conocido llegó a mi; y lo hizo por medio de un comunicado claro, preciso y conciso. Se me volvió a presentar el tan adecuado termino de la "aporofobia".

La lluvia no se hizo esperar, tal vez sea esa causal coincidencia que me lleva a retratar lo que en mi vida ha sido significativo.

¿Pero qué es la aporofobia?  Es la forma de nombrar un acto humano desastroso. Es la manera en la que los demonios del temor a lo diferente se han hecho manifiesto en la actualidad. Es la cruel estrategia con la que la angustia se ha mostrado para tratar de acabar con el miedo que representa el riesgo de perder lo que se posee.

Esa tan importante palabra viene de dos términos griegos. "άπορος", el primero que significa pobre, indigente o desvalido. Y el segundo, "φοβία" que significa fobia; en otras palabras un temor intenso e irracional frente a algo.

La aporofobia llego nuevamente a mi, de forma paradójica, para resonar con esa maravillosa intención que me llevo a buscar la justicia y el bienestar que quienes tocan a mi puerta emocional y laboral. Me puso a pensar en la situación de cada uno de los seres humanos que existimos en este tan maravilloso terreno que llamamos planeta. Y lo hizo con una muy sencilla pregunta. ¿Qué es ser pobre, indigente o desvalido?

Puede que eso sea una muy sutil condición humana. Mis colegas, así como yo, somos pobres, ingentes y desvalidos de muchas condiciones. A lo mejor, si se ponen a pensar, todo lo somos. Ellos lo son por las condiciones que enmarcan el presente de sus vidas. Son pobres de los recursos necesarios para cambiar su presente, yo lo soy para hacer lo mismo con la mía aunque lo siga intentando. Son indigentes de la tierra que tenían antes de enfrentarse al destierro que el destino les propuso, como lo soy yo ante la culminación de mi ultimo contrato. Y están desvalidos de la posibilidad de hacer algo diferente a seguir viviendo porque saben que aunque tenga toda la energía para que sus dolores desaparezcan, no lo van a lograr; así como yo estoy desvalido de la posibilidad de retomar el contrato que me visto en la necesidad de dejar partir.

Si seguimos en este camino de ideas podríamos decir que los problemas se solucionarían con un poco más de recursos, pero eso es tan solo la mirada superflua de la vida. Hoy no existen y, no van a existir los recursos necesarios para alejar a la muerte, como tampoco lo van a existir para deshacer el pasado, o para recobrar el amor perdido. Fisicamente hablando, nadie se podrá volver a bañar en el mismo río de la vida, pues ese río no es ahora, como siempre no lo será; porque tan solo será diferente.

Es nuestra labor, la de todos los presentes, no dejarnos atrapar de la angustia, no permitirnos el fácil proceso de desechar lo que es distinto a nosotros. Allí está la mejor forma de preservar nuestra inconclusa humanidad. Está en aceptar que todos y cada uno de nosotros somos tan capaces y tan fugaces, pero sobre todo, que ninguno de nosotros somos una sola parte de la masa destructiva y ya extinta; esa masa que se atreve de nombrar como la raza dominante de este tan sublime pedazo de universo que se llama Tierra.

MIs colegas, y yo, nos encargaremos de lo propio; seremos tan íntegros y tan éticos en mostrarle al mundo mientras nos permitan nuestros seres finitos, que la humanidad que se permita tocarnos, es fundamental. Nos permitiremos el heterogéneo arte de mostrarle lo importante que es el luchar por la esencia de la maravillosa y tan corrupta humanidad. (Finguerling, 2018)

lunes, 18 de junio de 2018

Homenaje a la represente del continente de antaño


Hace mucho tiempo que no me permitía retomar esta buena costumbre de retratar los casos que a mi despacho han llegado. Había dejado de lado esta parte de mi porque me había centrado en el quehacer cotidiano y me tenia atrapar por la magia del placer terrenal. Pero ahora con el despertar de mis emociones de forma potente y masiva, pude recordar mi deber con mi intimidad y mi sociedad. Es por esto que gracias a la oportunidad de poder volver a trabajar en el sentir genuino y real,  me ha llegado la vitalidad necesaria para volver a retratar.

Era una mañana del segundo mes del presente año, una mañana que prometía ser como las muchas otras en el lugar de trabajo al que me vi obligado a tomar por las exigencias económicas de mi vida, una mañana que no he de olvidar; esa mañana en la que la energía que yacía en mi se volvería a reactivar.

No eran más de las diez de la mañana cuando se apareció sin esperarlo ni buscarlo una particular mujer, una mujer que había llegado para aprender de forma artesanal el ejercicio del quehacer de aquellos que son como yo. Esa joven mujer deslumbrada por la novedad se curso con mi camino y como buen anfitrión, la salude sin titubear. 

Para el momento del saludo con esta fortuita y gloriosa mujer,  me encontraba debatiéndome en una labor que llevaba mas de ocho meses tratando de resolver, una de las pocas labores que no pude llevar a un feliz termino y por eso mismo, por el esfuerzo intelectual y emocional que me implicaba, no presté mucha atención a la fuerza de su aparición. Le di la bienvenida tradicional con la misma cordialidad y con el mismo trato aséptico que he tenido con aquellas personas que he aprendido a aceptar, sobre todo cuando estas se presentan para aprender de lo que me he vuelto experto en desarrollar.

Pasaron un par de semanas en las que la veía transitar entre mis colegas sin mayor novedad. No me percataba de su presencia ni de su ausencia, ella estaba tan fantasmagórica para mi, de la misma manera que yo no me percataba que yo era sutilmente presente para ella. Pero llegó un evento al que tenia destinado ir con mis colegas sinceras de afecto, un evento que cambió por completo el rumbo de nuestra historia.

A aquel evento, me vi en la necesidad de asistir solo, mis colegas se encargaron de sus asuntos y me dejaron abandonado, afortunadamente. Estaba allí un poco extasiado por la posibilidad de sentirme parte de un gremio que no compartía ni mi lengua ni mis pasiones.  Ya cansado de no poder compartir mis experiencias o mis comentarios espontáneos tomé la decisión de contactarme con la responsable del contrato actual, me dispuse a salir y seguir trabajando en lo que ya me había comprometido, pero después de preparar mi salida sin mucho escándalo, entre la multitud que intempestivamente se había unido apareció ella.  Nos miramos a la distancia, pude ver sus ojos y el movimiento vital de sus pobladas dejas mientras que su esbelta mano se alzaba para saludarme. Yo la salude de regreso con el mismo gesto. Los dos nos fuimos acercando esquivando los cuerpos calurosos de los asistentes y una vez que estuvimos frente a frente nuestras mejillas se junaron como muestra del saludo habitual entre dos adultos que se acababan de encontrar. 

Tan solo fueron necesarias un par de copas para que la conversación nos hipnotizara y nos atrapara en un limbo armónico que se alimentaba de nuestras expresiones y nuestras espontaneas risas. No tuve claro en ese momento que era lo que a Ella le parecía tan agradable de mi compañía, no sabia bien si eran las opiniones sutiles que con el mayor respeto hacia frente a las historias que me contaba de su vida, si era la facilidad de comunicarnos en un idioma que no representara un esfuerzo para cada uno de nosotros, o si eran las propuestas ingenuas que le hacia; propuestas con las que le presentaba la invitación de contar con mi experiencia y así acompañarla en lo que estaba viviendo actualmente en su realidad. 

Unas horas más tarde, embriagado con su hipnotizaste risa y con su aroma, me sorprendí vi preso, atrapado y plácidamente acorralado por su presencia. Eso llevó a que me fijara inevitablemente en las cautivadoras promociones de su cuerpo, a calcular la frecuencia con la que fugazmente me tocaba para hacer énfasis en alguna situación de sus historias. Mi corazón comenzó a latir con mucha fuerza y a un ritmo que distraía mi mente y me alejaba un poco de la ilación de sus historias. Quería acercarme más a ella, proponerle establecer un contrato y con este re editar sus dolores y alegrías; pero nos vimos en la urinaria obligación de hacer una pausa, de separarnos y de ir a atender las necesidades fisiológicas naturales de dos cuerpos que habían pasado unas cuantas horas mojando la palabra con el amarillento liquido fermentado del lúpulo y la cebada. 

En esa pausa además de hacer lo correspondiente, me puse nuevamente en contacto con la encargada del contrato en curso, le dije que no iba a ser posible que nos encontráramos esa noche, y por ende que tendríamos que retomar la labor algunos días después. No me sentí del todo bien con esa decisión, pero había algo dentro de mi que sabia que si me retiraba del sitio en el que me encontraba, no iba a hacer otra cosa que pensar en las posibilidades de la continuación de esa fantástica conversación, y de las exitosas formas con las que podría terminar aquella noche irracional. 

Así pues, la noche continuó, la busque nuevamente entre la multitud que ya se encontraba fraguada por la cantidad de productos alcohólicos que se habían destinado para ese evento. La encontré en compañía de un sujeto singular que mostraba desprevenidamente toda su intención y toda su necesidad de compañía y afecto; Ella me miró con asombro y con una expresión que yo interpreté como una señal de ayuda. Fui a su “rescate”, la tomé de su mano y con una frase galante de dije a aquel sujeto que había quedado con ella de bailar la siguiente canción. Ella sonrientemente aceptó el impulsivo gesto de salvación innecesaria y fue conmigo a bailar. En medio del baile improvisado me confirmo el error en el que había caído, me dijo que no era necesario que la salvara de nada pero que agradecía la imprudencia de mi actuar, terminó la canción y continuamos hablando. Así se nos agotó la noche, entre interrupciones y retomas, entre salvadas y recapturas, entre acercarnos y alejarnos. A portas de la madrugada, casi tan intempestivamente como lo fue ese primer rescate que surgió de mi ser, Ella salió despavorida del recinto adjudicando su huida triunfal a la saturación del afecto que ese sujeto desmedido le había expresado. Me dijo que no había sido mi culpa y que tampoco esperaba que la acompañara a su destino, acepté su explicación y su limite. Me quedé contemplando su recuerdo y unos minutos después también opté por dejar el lugar justo antes que el sol se asomara entre las montañas que rodean la ciudad en la que nos encontramos.  

Las noches y los días no se hicieron esperar, nos veíamos en el lugar de la labor y nos acompañábamos a disfrutar de la comida que se acostumbraba con la llegada de la tarde. Hice un contrato tácito con ella. Esa mujer rebosante de vida y de alegría no sabia que dentro de mi ya estaba claro lo que tenia que hacer y como quería llevar ese contrato que estaba en curso. El problema radicaba en que ya tenia otro contrato y no había encontrado la forma de terminarlo, no sabia si podría destinar mis esfuerzos a llevar dos casos al mismo tiempo, así como tampoco tenia nada claro como hacer para que la inversión energética y sensorial que era requerida para cada uno de estos, entrara en competencia. No podía dejar de pensar en ella, me era imposible concentrarme en el contrato previo pero sería injusto atribuirle esta imposibilidad a la aparición de aquella inocente mujer. Ya era una realidad que la encomienda que representaba el contrato anterior se estaba extinguiendo, lo había estado haciendo hacía unos largos meses y no me quedaba energía para seguir invirtiendo en esto. Así pues tomé la decisión de presentarme con ella y decirle que había establecido un contrato, de mostrarle que tenia toda la intención de estar allí para lo que le fuera agradable y útil. Con el corazón en la mano y en su lugar un papel que tenia como objetivo el de ser el contenedor del numero de contacto de ella, me acerqué y le pedí esa identificación numérica propia a cada línea telefónica. Sin titubear pero tampoco sin hacer uso de aquel papelito, me dio su numero de teléfono y anotó en la agenda del mío.

Con el dato esencial de su contacto telefónico, después de un par de conversaciones aceleradas llegue a su morada, le pedí que bajara para sellar el contrato con la tinta de nuestros labios. Lo hizo, bajó, y no sin antes confirmar la fidelidad de mis palabras, se acercó a mi para manifestar su intención de iniciar el contrato mientras que yo hacia lo propio para expresarle mi interés en el mismo. No mucho tiempo después salió a conocer un país cercano, dejando en mi mente la tonalidad armónica de su asentó y la alegría de su juvenil rostro para que alimentara mi corazón y pudiera soportar el tiempo de su ausencia. Utilicé este tiempo en el que se encontraba distante para dar por terminado el contrato anterior, y así sin más demora, centrarme en el que con ella quería tener. 

Con la caída del sol del segundo día después del retorno de aquella mujer a la ciudad, y detrás de una de esas ventanas cubiertas por las cortinas del edifico donde vivía, nos dimos la posibilidad de manifestar la muestra emocional con la complacencia formal.  Allí, me encontraba cuidando de ella, curándole las heridas que le dejaron los invasores minúsculos que trató de evitar en esa travesía andina de la que no hacia mucho acaba de retornar. Fue allí, en aquel momento, cuando ratificamos ese contrato mutuo con un acto sincrónico de suspiros y palabras que sin decirlas ni firmarlas, nos permitió trenzar los hilos con los que nuestras voluntades se habrían de entregar.

Luego, llegó el momento de re-conocer como era el alma de aquella extaciante mujer, partiendo a un viaje intimo que prometía estar lleno de sensibles historias y relatos. Aquel día, con el corazón en la boca, acongojado por la virosis que me había atrapado, llegué al punto de encuentro que habíamos acordado con ella. Se subió a mi coche, y partimos a un destino mágico y desértico que nos permitió soñar, vivir e improvisar. Fue una aventura que por la riqueza de sus escenarios y emociones seguramente tendrá una sola historia que retrataré luego. 

Así también lo haré para la desventura de la ultima noche en la que pude acompañar la vida de aquella exótica flor que emitía una maravillosa energía color burdeo. 

Sin pensarlo ni buscarlo, la historia de este caso, me llevó a escribir casi a mis treinta y dos, como si lo sintiera con los mismos veintitrés que llevo en mi interior; mismos que también posee esa gloriosa medio germánica y medio ibérica mujer.

De la fuerza interna, de esa carga energética que me ha dejado la presencia de ella en mi vida, es que e invertido los Joules de energía emocional que me implican este reporte. No se cuanto tiempo más me ha de quedar la misma energía, no tengo claro la medida temporal con la que seguiré alimentándome de esta hermosa luz noble y espontánea que ha quedado en mi, energía que me he apropiado de la que posee ella. Lo que si se, es que su presencia en mi vida no ha pasado en vano, no lo ha hecho por una muy sencilla razón, me hizo volver a creer en la posibilidad de encontrar ese contrato constante y espontaneo que dejé adormilar por el dolor del pasado.

Ella me mostró la belleza que en la naturalidad del contacto, se puede transformar en vitalidad y en el amar. Lo hizo desde el principio y lo mantuvo con la corta frase que sin saberlo voy a guardar en lo mas profundo de mi ser, y que posiblemente va a estar marcada en mi piel con un símbolo que ha de representar eso que en su tierna voz me manifestó; esa armazón de palabras que pronunció con ilusión y sincera subjetividad: "yo lo quiero todo contigo". (Finguerling. 2018)