Eres tu el se que ha encargado de hacer renacer desde las cenizas de mi sentimiento apaciguado y acoplado, un amor, ese amor, este amor, eres tu. Tu eres quien se ha encargado de mostrarme la hermosa eternidad de todos y cada uno de los finales del sentimiento.
Tu, y solo tu, que, sin darte cuenta, lograste que yo hiciera dejar aquello que el desamor una y varias veces pudriera, mas de un par de veces lo que es aquello que tan hermoso, eso que representa el poder sentir. Sentir palpitantemente ese bello color que es el poder; ese poder recoger el tallo mas hermoso de una rosa aun mas increíble.
Tu me mostraste con tus vivencias, con cada una de tus lagrimas no derramadas en mi presencia; como es el sentir de un ser noble, y lo es como no lo puede ser para una nobleza corrupta por la conveniencia. Aquella corrupta convivencia que marco tus dolores y tus parciales placeres.
Tu y tan solo tu, lograste corromper esta forma de seguir. Tu te mostraste como es que se vive en la etérea incongruencia. Si, y si, me encanta la palabra: “etéreo”. Me encanta porque se que todo es tan entero como no lo es. Lo atesoro en su misma esencia, en eso trascendente e intrascendente.
Pero, ahora bien, la forma de cambiar la dirección del discurso que hasta ahora he instaurado para este texto, puedan sentir confuso, sea un arremolinado viso de pensamiento o percepción, no lo eso, tan solo es una enredada invitación a seguir leyendo.
Puede que ustedes mis incautos lectores no en tiendan a lo que me estoy refriendo. Les voy a ayudar. Hoy en día me encuentro viviendo una perdida incontenible para mi ser, me encuentro anhelado el deseo del desamor que sigo viviendo cada día. Yo me encargo de sentir hoy en día. Me empodero de aquel cuidado que implica ese lamer sus propias heridas, esas las circunstancia enmarañadas que representan la separación, esa misma separación que ha labrado la situación que me lleva a escribir. Esas mismas circunstancias que con mas veras, por lo poco de mi inteligencia emocional, llevan mas profundamente a sentir.
Siento, y siento tan profundamente como se puede llegar a sentir la picada de una abeja debajo de la lengua. Siento como si esa picada proviniera de un ser que uno ama, un ser que uno ha amado y que se a aprovechado de aquel amor que he sentido para picar y atravesar ese órgano tan fuerte, ese órgano que se ha enmarcado como el mas fuerte del cuerpo. El mío no es ese, es el musculo cardiaco.
Volviendo al relato, a aquella musa que atrapo mi corazón y que envenenó mi flujo sanguíneo, digo lo siguiente.
Me devolviste la capacidad predicar, de enunciar, de representar con la vitalidad y la espontaneidad de mis actos eso que se llama amar. Me entregaste nuevamente la esperanza de sentir eso tan hermoso que te lleva a que no busques algo diferente que te permita sentir a cabalidad la gloria que esos siéntenlas te enuncian que tan solo lo sentirás con ese ser y con nadie mas.
Tu te encargaste sin darte cuenta nuevamente, de mostrarme la hermosura espontanea de la espontaneidad, tu me llevaste por los mares gélidos del sentido y de la razón diluida, lo que es en realidad el candente amor.
Tu me resucitaste cuando me encontraba muerto en vida.
Lo digo, porque para morir no hace falta tener ese dictamen medico que dice que el corazón ha dejado de latir, es decir, estar completamente inerte. Se que para morir tan solo es necesario sentir que la vida se le escape de las manos. Puede que para aquellos que hemos querido controlar y soportar cada una de las muestras que los seres que nos acompañan, manifiesten, y por consiguiente, sigamos vivos; pero en la existencia terrenal no es así, una vez que nos dejen de escuchar.
Tu, y tan solo tu, tan solo tu preciosa, has logrado con tuso ojos verdes, con tu sonrisa maltrecha, con tu cadera hermosamente desviada, con tu mancha seximente atractiva y con tu hermosura incongruentemente desarticulada por el exceso de vivencias acumuladas en las circunstancias que has lograd transitar y mediar social y lipídica mente hablando, que me has deslumbrado con tu presencia.
Tu, y tan solo tu, me ha mostrado que la vida es mas que esa ilusión que tuve ayer, porque tu me as mostrado que la vida no es mas que eso, que la vida. Me lo mostraste porque inconsistente te he dicho un par de veces que lo que lastima es el amor. Así como tu meas dicho que el amor no lastima, lo que lastimas es el desamor.
Tu eres un gran ser, un gran amor, una increíble mujer; tu eres todo eso que hemos visto en ti aquellos incautos. Tu eres todo eso y mas. Digo mas porque hace mucho tiempo no te veo, no se en que estas; pero digo con total certeza que eres mas, porque me permitirte entrar tan profundamente en tu esencia, que se el valor del cristal que debe ser explotado.
Muchas gracias por todo lo que pudimos compartir. NGS…
Finguerling (2013 edit 2023).